Si las cosas van bien, la vida en pareja es como una pizza: engorda, no importa a la hora que te la comas. Algunos estudios indican incluso que a mayor felicidad más ganancia de peso.
El primer estudio que asoció la vida en pareja con la ganancia de peso se publicó en 2012. Para los autores del ensayo fue imposible señalar un solo culpable. En su lugar, indicaron una serie de cambios vitales: agendas y logística más complicada que hacía imposible dedicar tiempo al deporte o a un estilo de vida más activo, más salidas a comer a restaurantes con amigos y más tiempo en el sofá viendo televisión.Por encima de todos estos factores sobrevuela una característica de los humanos: comer con buena compañía nos pone eufóricos, por eso si estamos con alguien que come más que nosotros, probablemente nos sirvamos raciones más grandes que cuando estamos solos.
NAM/El País