Ha pasado ya casi un año desde que Maracaibo eligió a Rafael Ramírez como gerente municipal. La gestión de calle y el pago de impuestos han sido su norte en su afanado deseo de crear conciencia ciudadana para lograr una ciudad modelo. En una entrevista exclusiva para Versión Final conversó sobre sus 10 meses de mandato y los desafíos que aún enfrenta.
“Lo más importante que hemos logrado hasta ahora es el cambio de actitud en la gente. Antes había incertidumbre, pesadez, mucha falta de fe. Los marabinos estaban muy golpeados de ánimo; hoy los vemos positivos, sabiendo claramente que las cosas no están del todo bien”, expresó sin titubear el Alcalde desde su despacho, donde recibió cordialmente a nuestro equipo reporteril.
Siempre supo que dirigir Maracaibo no sería tarea fácil, sobre todo por las condiciones en las que recibió la urbe y la falta de confianza tributaria por parte del ciudadano. Pero decidió asumir el reto y, aunque reconoce que todavía “falta mucho” para estar en el primer mundo, confía en que va por el camino correcto.
Ramírez admitió que conseguir un cambio en la ciudadanía no es sencillo, “no podemos decir que en 10 meses ya todo el mundo tiene la actitud de un marabino consciente”. La campaña de concienciación pasa por no arrojar basura a la calle, evitar infringir las normas de tránsito, pagar los tributos municipales y pedir facturas en lugares de compras.
“A veces el ciudadano común siente que su contribución es muy etérea pero no es así. El marabino consciente en esencia es el comportamiento de la persona que debería haber aprendido valores y principios en su casa. No es algo solo de dinero, se trata de actitudes individuales”, refirió.
“Marabino inconsciente perseguido por la ley”
El burgomaestre reconoció que aún existen inconvenientes en la recolección de desechos sólidos y se relaciona con el comportamiento que aún tiene el marabino. “No tiene que ver con que el camión no pasa o no recolecta, es que la gente no ha asumido que entre todos tenemos que cuidar la casa grande pero ha habido avances”, indicó.
Pero, asumió, existe otro factor importante: la falta de camiones compactadores. Maracaibo debería atender con 122 vehículos de este tipo y solo cuenta con 37, incluyendo la flota privada.
A eso se le suma que la metrópoli no tiene estaciones de transferencia intermedia, por lo que es obligatorio viajar hasta la frontera con La Concepción para descargar la basura. “Además, como es un flota vieja siempre se accidentan”, reconoció.
Pese a las trabas, Ramírez aseveró que la municipalidad trata de cumplir con el esquema de recolección los siete días de la semana, tal como está estipulado. También se mantiene vigilante en relación al cumplimiento de las normas al volante.
Violar alguna de las leyes locales implica la aplicación de una multa lo que, a juicio del Alcalde, ha generado un choque en la población.
“Hay mucha más gente consciente de que debemos multar a quienes botan basura. (…) Pero, cuando lo hacemos, muchos dicen que en Maracaibo hay una campaña de persecución. Esto en realidad es un marabino inconsciente que es perseguido por la ley”, explicó.
Mencionó también como ejemplo a los ciudadanos que estacionan en la avenida Libertador, una vía transitada donde no se deben parar automóviles. “Si llega la grúa, los multa y se llevan el carro, dicen que la Alcaldía tiene una campaña contra ellos”, siguió.
Generar ese discernimiento es uno de los mayores desafíos de su gestión porque, dijo, “no hay ni tantos policías ni tantas grúas para atender el tema de la conciencia” en Maracaibo pero “estoy convencido de que la conciencia de cuidado colectivo sí se está empezando a construir”.
“Nuestro foco es cuántos marabinos se vuelven conscientes. Lo hemos visto en los semáforos, hay mucha más gente respetándolos. (…) A veces estamos a las 7:00 de la mañana inspeccionando una obra y a las 12:00 de la medianoche recogiendo basura. Esas son cosas que van construyendo la mentalidad del marabino consciente, un trabajo de largo aliento pero estoy convencido de que dará sus frutos”, comentó Ramírez.
“Ya no hay papá Estado que todo lo resolvía”
La primera autoridad municipal aceptó que también se necesita “mucha más conciencia tributaria”, lo que le permitirá aumentar la capacidad de recoger los desechos sólidos y avanzar en otros aspectos.
“La gran lección de todo esto es que el rentismo se acabó. Aquí no hay presupuesto de petróleo para hacer una cancha o un estadio, por ejemplo. Esta es la época del ‘todos ponen’. (…) Entendamos que esta es la casa grande y si no la cuidamos entre todos, no nos sirve a ninguno. Ya no hay el papá Estado que todo lo resolvía”, expresó.
Para el burgomaestre, mientras haya más conciencia de los limitados recursos con los que cuenta el municipio y “lo que necesitamos hacer entre todos para contribuir”, en esa medida se lograrán los objetivos.
“Si usted no se pone de acuerdo con su vecino y dice: ‘yo pongo el aro de la cancha y la Alcaldía que ponga las luminarias’, esa cancha no va a servir. Si no arreglamos esa cancha entre comunidad, sector privado y sector público no va a funcionar. El sector público y la comunidad no tienen cómo hacerlo y el sector privado no puede asumir solo estos costos. Así, si se daña la cancha, nadie piensa ‘va a venir papá Estado a resolver’”, argumentó.
Este trabajo conjunto, a juicio de Ramírez, creará esa conciencia colectiva y un sentido de pertenencia, “cuando cuiden la cancha entre todos, estoy seguro que no van a dejar que partan el aro o que lo rayen”.
Comentó que desde que asumió el cargo, en diciembre de 2021, los marabinos se han dado cuenta de que “con poco, se puede hacer mucho, porque tenemos unos recursos limitados pero ellos sienten que son invertidos en la ciudad”.
“Y ahora saben que tienen servidores públicos cercanos. La gente ahora entendió que la administración pública puede ser el espacio donde encuentra respuesta”, alegó Ramírez.
Fuente: versionfinal
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