Los conflictos surgen a lo largo de la vida y forman parte de la cotidianidad, no hay que entenderlos como algo negativo, porque detrás de todo problema siempre existen soluciones y oportunidades para aprender, pero en ocasiones nos ahogamos en un vaso de agua, cuando la solución es simple.
La palabra conflicto puede generar la percepción de problemas y es obvio que nadie quiere tenerlos, pero la buena noticia es para todo existe una solución, más que preocuparse hay que ocuparse en la resolución del mismo. El conflicto, es una controversia donde en principio, existen marcadas diferencias y en donde todos quieren o creen tener la razón, se presenta como una disparidad entre los involucrados, pero donde existe la posibilidad de llegar a un sano acuerdo, tomando buenas decisiones, escuchando, respetando y comprendiendo las opiniones de cada uno mediante una comunicación efectiva que permita llegar a un término exitoso y equilibrado.
Los conflictos surgen cuando las percepciones de los afectados son diferentes en cuanto a las expectativas de cada uno. Para resolverlos, es fundamental la buena disposición de los involucrados en buscar el camino, aunque sean diferentes, para encontrar un punto de encuentro. Ahora bien, cuando una de las partes afianza su criterio solo en sus expectativas sin tomar en cuenta el punto de vista del otro, se hace cuesta arriba la solución.
Existen varios tipos de conflictos: Conflictos intrapersonales: Surgen en el interior de la persona, consigo misma, están relacionados con los valores que posee o con cuestiones personales y/o íntimas. Para solucionarlos es importante el reconocimiento y la aceptación para tomar una decisión saludable que permita convertir el conflicto en una grandiosa oportunidad para crecer, en estos casos hay que evitar la culpa y los juicios de valor, comprendiendo que como seres humanos no somos perfectos. Conflictos interpersonales: Aquellos que surgen entre dos personas por la intervención de una tercera persona, una idea o por el interés en un bien que los dos aspiran, es decir, por algo que los dos quieren. En este caso las principales herramientas para
solucionarlos son: la empatía, el respeto por las ideas y la disposición de resolver el conflicto, sin imponer criterios, buscando entre las partes comprometidas la solución que los beneficie.
Para resolver efectivamente un conflicto, es necesario mantener una actitud comprensiva, objetividad para definir el problema, analizar las causas que lo originaron, generar entre ambas partes alternativas viables para las partes comprometidas, luego de analizar, buscar la salida más apropiada para ponerla en práctica respetando lo acordado.
También existen técnicas de resolución pacífica de conflictos que se pueden aplicar para alcanzar un final feliz para los involucrados.
“La paz no es ausencia de conflictos, es la capacidad de manejar conflictos por medios pacíficos (Ronald Raegan)”.
Abg. Nilmary Boscán Maldonado
