El mundo no se ha recuperado de una terrible situación como lo ha sido pandemia del Covid-19, que ha dejado como sabemos incontables víctimas alrededor del mundo, cuando ahora nos toca ser testigos de la repudiable acción del gobierno comunista ruso que pretende con sus nuevas acciones expansionistas, enredar al mundo en una conflagración peligrosa para la paz mundial.
Es aquí cuando vienen a mi mente aquellas palabras, en una especie de mea culpa, del gran científico Albert Einstein, al responder a una pregunta sobre si habría una tercera guerra mundial: «no sé con qué armas se combatirá la tercera guerra mundial, pero la cuarta se peleará con palos y piedras”.
Las acciones bélicas rusas contra el pueblo de Ucrania, que incluyen la invasión de su territorio, amparándose en una solicitud peregrina de grupos rebeldes pro rusos que dominan dos importantes regiones ucranianos, pidiendo protección, colocan al mundo al borde de un conflicto bélico que puede adquirir indeseables dimensiones.
Hasta el momento de redactar este trabajo, como sucede en tiempos de guerra, las informaciones que nos llegan son muy confusas y entran en el campo de la desinformación y la especulación, pero se habla de pérdidas lamentables de vidas humanas y destrucción de hogares, a causa de bombardeos de las fuerzas rusas.
Quienes somos amantes de la paz, cristianos de pensamiento y de práctica, tenemos que deplorar y condenar esta escalada guerrerista del régimen comunista ruso y unirnos en oración para que se ilumine la mente de aquellos que no perciben los gritos de paz de tantas comunidades del mundo entero y hasta de propios ciudadanos rusos que salieron valientemente a protestar.
Además, estamos bien persuadidos, a pesar de lo que pueda ser la definitiva posición del Gobierno de Maduro, que la mayoría del pueblo venezolano rechaza este tipo de injerencias de un país sobre otro. Y así esperamos que se pronuncié a favor de la paz.
Quiero destacar unas palabras recientes del Papa Francisco en su honda preocupación por el conflicto: «Tengo un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes.
Al igual que yo, mucha gente en todo el mundo está sintiendo angustia y preocupación. Una vez más la paz de todos está amenazada por los intereses de las partes».
Me uno a la invitación del Papa Francisco a una Jornada de ayuno por la paz el próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, y convocó al pueblo zuliano y venezolano a atender el llamamiento del Santo Padre: «La guerra atenta contra la vida y la organización social, reemplaza el orden civil por normas y estándares militares, y no sólo implica la muerte de las personas, sino también la pérdida de su autonomía. La guerra va a representar, en definitiva, un estrepitoso fracaso de la Razón y la civilización moderna».
Es por ello, que hoy yo levanto mi voz en un grito de llamamiento a la PAZ!…
Legisladora – Presidenta del Clez.