Tal como como ocurre con la “Operación Catanare” lo mismo pasó, pero lejos de una cola de gasolina y ni siquiera fue a un vehículo, sino un burro. Así como lee, un burro fue remolcado.
Cualquiera creería que el pobre animal no daba para más y que el agotamiento físico tras ser obligado a arrastrar un vehículo improvisado para trasladar desechos sólidos conocidos como “Chatarrero” fue la gota que derramó el vaso de aguante del burro, pero no fue así.
El hecho ocurrió en las inmediaciones del cementerio Corazón de Jesús en la ciudad de Maracaibo cuando una grúa perteneciente al cuerpo de policía del municipio realizó la acción en lo que se presume es la continuidad al cumplimiento de la Ordenanza municipal sobre la tenencia, control, defensa y protección de los animales y sus derechos.
Esto no es nuevo, en el año 2018 la retención temporal de cuatro burros por la Alcaldía Bolivariana de Maracaibo, emprendió este operativo especial para la atención de estos animales en situación de maltrato, utilizados de forma ilegal para el traslado de desechos sólidos dentro de la ciudad.
El ayuntamiento dejó claro en ese entonces que la circulación y conducción de animales como vehículo de tracción de sangre en la vía pública, deben ajustarse a las disposiciones contenidas en la Ley de Transporte Terrestre y su Reglamento, la Ley para la Protección de la Fauna Domestica, Libre y en Cautiverio, así como la presente ordenanza municipal, donde se estipula, entre otras cosas, la obligación de portar el certificado de vacunación de encefalitis equina vigente y el registro certificado tanto del animal como de la carreta.