El divorcio es la disolución del vínculo matrimonial, cuando una pareja no logra por ningún medio resolver sus diferencias y la vida en común, es un verdadero caos que afecta no solo a los cónyuges, sino a los hijos en especial sin son niños o adolescentes.
Las causas que conllevan a un divorcio son diversas, muchas parejas pasan por episodios difíciles que con amor y voluntad logran superarlos, pero hay situaciones donde la convivencia es insoportable para ambos y en especial para los hijos, quienes pueden verse afectados emocional y sicológicamente por los problemas maritales.
Cuando una pareja toma la vía del divorcio, debe tener en cuenta que su vínculo matrimonial está disuelto, pero su conexión como padres será para siempre, por lo que deben tratar de mantener una comunicación efectiva y saludable a favor de sus hijos. Los padres divorciados deben priorizar la atención de sus hijos y no poner en primer lugar las diferencias y contrariedades que quedaron entre ellos como pareja, no es una tarea fácil, porque como seres humanos en esos momentos de ruptura es normal sentir un vendaval de sentimientos encontrados, pero hay que ser conscientes que aunque ya no existe una relación matrimonial, si hay hijos que amar, apoyar y proteger por siempre.
Se divorcia de la pareja, no de los hijos, no se deja de ser padre, no existen “ex padre o ex hijo”. Los padres no se divorcian de sus hijos, ni entre sí al menos como padres, es el deber ser, pero en ocasiones priva más la venganza, el dolor o el resentimiento hacia la ex pareja, que pensar en el bienestar de los hijos, que igual están pasando por un momento duro al ver que su familia se derrumba o que papá y mamá pelean como perros y gatos. Existen progenitores que se olvidan que sus hijos existen, desvinculándose totalmente de sus vidas sin importarle el daño que hacen.
El divorcio es una experiencia diferente para los hijos, porque la familia que le brinda el apoyo y la seguridad, independientemente de las fallas que pudiera tener, se muere, generando en ellos inseguridad y miedo. Entre algunas recomendaciones para afrontar el proceso de divorcio están: Hablarles a los hijos de lo sucedido entre papá y mamá desde el amor, sin ponerlo en contra del otro, brindando explicaciones conforme a su edad, procurar durante el proceso realizar actividades recreativas, hacerles ver que aunque papá y mamá no estarán juntos siempre serán sus padres, también que el divorcio no es su culpa, validar sus emociones mientras asimilan la separación y nunca abandonarlos.
El padre que ejercerá los cuidados del hijo (responsabilidad de crianza), tendrá una tarea heroica, porque debe lidiar con su propio dolor, aunado al hecho de cuidar a sus hijos, aparte de responder a todas las dudas e inquietudes que ellos tendrán (¿Dónde está papá?, ¿Cuándo viene mama?, ¿Por qué no estamos juntos? Etc.). En este punto es fundamental el apoyo del otro progenitor.
Cuando el divorcio se maneja de forma destructiva trae consecuencias en los hijos como ansiedad, depresión, bajo rendimiento escolar, problemas de conductas e incluso suicidios. También hay casos donde uno de los padres utiliza la manipulación de los hijos, como estrategia para cambiar el concepto e impedir, obstaculizar y destruir los vínculos con el otro progenitor. Esta conducta es altamente dañina y a mi criterio enfermiza, porque el progenitor utiliza a su propio hijo, para satisfacer una necesidad de venganza en contra del otro sin ser consciente del perjuicio que causa.
El divorcio debe ser colaborativo, donde ambos, a pesar del dolor, diferencias o rabias entre el uno y el otro, establecen una comunicación asertiva en función de sus hijos, cumplen sus responsabilidades, procurando siempre el bienestar emocional, que nace del amor genuino como padres hacia sus hijos.
Cada divorcio es una experiencia diferente en especial por los motivos que lo originan, pero independientemente de todo, los hijos son la más hermosa creación de una pareja, son nuestra extensión en esta vida, llegaron al mundo producto del amor, por lo tanto hay que amarlos cuidarlos y velar por su sano crecimiento y desarrollo.
Abg. Nilmary Boscán Maldonado
Gracias lic. Nilmary un tema muy muy bueno y muy especial para la vida de todos los ciudadanos todas las personas, afecta afecta mucho a los niños cuando nos divorciamos y nos divorciamos de los hijos como dice usted en el escrito en mi caso bueno soy divorciado y nunca me divorcié de mis hijas dos niñas quedaron del matrimonio logrando tener una buena amistad con mi ex pareja mi esposa y mis hijas bueno les afectó , emocionalmente y personalmente sus actitudes cambiaron, ayuda de ambas partes ,y profesional, pero a la fecha están casada felizmente
Con una salud mental perfecta y la comunicación fue perfecta que perdura todavía como le digo ya hoy en día este se superaron cosas como ella no aceptaba la mayor el divorcio porque la que estaba más grandecita pero con ayuda psicológica y la que le dimos nosotros tanto su madre como yo logró aceptar todo
Gracias nuevamente por el escrito y pienso que los divorcios no deberían existir deberían ser para toda la vida como la de los abuelos y los bisabuelos