Luis Ernesto Aparicio Montiel se hizo inmortal hoy hace 36 años. La Asociación de Cronistas de Béisbol de Estados Unidos anunció el 10 de enero de 1984 que el zuliano ingresaba al Salón de la Fama del Béisbol.
El camporcoto marabino obtuvo 341 votos (84.6%) en su sexto año de elegibilidad, para convertirse en el primer venezolano en el “Pasillo de los Inmortales” de Cooperstown.
Aparicio jugó durante 18 temporadas en las Grandes Ligas con los equipos de los Medias Blancas de Chicago, Orioles de Baltimore, Medias Rojas de Boston.
El 17 de abril de 1956 hizo su debut en Las Mayores con los patiblancos ante los Indios de Cleveland en el viejo Comiskey Park de Chicago. El joven, de 22 años, fue electo Novato del Año esa temporada al conseguir 22 votos al primer lugar de 24 posibles.
El último juego del legendario jugador número 11 fue el 28 de septiembre de 1973 con el uniforme de los patirrojos frente a los Cerveceros de Milwaukee.
Luis se enteró de la noticia de su exaltación mientras viajaba en la carretera entre Caracas y Maracay, según la Historia del Béisbol en el Zulia de Luis Verde.
El “inmortal” torpedero terminó su grandiosa carrera en el mejor béisbol del mundo con .262 de promedio tras conectar 2677 imparables en diez mil 230 turnos al bate, 83 de ellos batazos de vuelta completa, 791 empujadas y 506 bases robadas.
El hijo del Luis Aparicio «El Grande» brilló a la defensiva como su padre y alcanzó Guantes de Oro tras disputar 2.81 partidos, 12.564 lances, 1.553 dobleplays y 8.016 asistencias. Además, participó en 10 Juegos de Estrellas.
Luis Aparicio recibió su placa de Cooperstown el 12 de agosto de 1984 junto a los otros exaltados Harmon Killebrew y Don Drysdale.