El arte y la cultura pierden de manera trágica y triste a uno de sus grandes exponentes, el pintor silvestre y poeta Alberto Lugo Dupuy, de 65 años, reconocido artista plástico falconiano. La crisis depresiva que padecía le hizo tomar una irreversible decisión que impacta al mundo de la cultura y al entorno donde se desarrolló este hecho lamentable.
A 13 kilómetros de la localidad de Mucuchíes, estado andino de Mérida, específicamente en un caserío muy hermoso situado en el Páramo Gaviria, decidió apagar su musa el pintor falconiano.
El además poeta dejó unas notas muy tristes en donde pidió disculpas por la decisión que “se vio forzado a tomar”.
El día sábado 20 de marzo, Dupuy, quien llevaba dos semanas de visita en la cabaña de la familia Castillo, en Mucuy Alta, sector Filito, parroquia Tabay, estado Mérida, dijo a la dueña de la cabaña que iría al páramo de excursión, pero en realidad no fue así.
El día sábado, la propietaria de la cabaña no vio a su inquilino en todo el día. Transcurrió la noche y tampoco había señales de Dupuy. Todo el mundo se fue a acostar, pero Dupuy, no había salido de su habitación, ahí permaneció meditabundo.
Lo planificó
El artista decidió, entonces, envolverse el rostro en una bolsa negra. Conectó una manguera a una bombona de gas y abrió la válvula, para luego colocarse el pico de la manguera por debajo de la bolsa y así murió asfixiado, revelaron fuentes policiales, quienes fueron informadas por la propietaria de la cabaña.
El domingo, por la mañana, la dama, cuyo nombre no fue revelado, explicó que le extrañó que Dupuy no saliera a desayunar. Lo llamó dos veces y al no recibir respuestas, decidió ingresar a la recámara.
Abrió la puerta y se consiguió con la dantesca escena. La dama procedió a dar parte a las autoridades, quienes se presentaron al sitio y tras hacer un paneo de la escena, localizaron unos manuscritos donde Dupuy desahogaba su pena:
“Mi muerte será gloriosa (…) Perdónennme por lo que he hecho”, fue parte de lo que expresó el artista en esa hoja de papel encontrada a un lado del lugar donde se quitó la vida. En otras hojas, el pintor dejó saber que padecía cáncer de próstata, estaba y se sentía solo y que sus hijos estaban todos fuera del país.
El pintor silvestre y ecológico
Alberto Lugo Dupuy nació el primero de octubre de 1955, producto de la unión de Iraida Dupuy, una letrada y amante de las artes plástica nativa de Capatárida, municipio Buchivacoa y Félix Lugo, un agricultor descendiente de los indios de Píritu.
A los 15 años se graduó de perito en la escuela técnica granja San Luis y su incursión definitiva por las artes plásticas tuvo su génesis en 1980, aunque fue en 1990 cuando fusionó su creatividad con la experiencia como jardinero convirtiéndose en un artista ecológico al reciclar hojas, flores y materiales de los jardines para hacer sus obras. Esperas al Viento fue una de esas obras con material artesanal.
En 1993 de graduó de Técnico Superior en el entonces Tecnológico Alonso Gamero y en 1998 curso estudios de conservación y restauración de madera policromática, así como introducción a la fotografía y fotografía avanzada.
NAM