Haber caído en Portugal le paso factura a la Vecchia Signora. El 2-1 de la ida obligaba a los de Turín a ganar en casa sin que los lusos anotaran en el “Juvetus Stadium”, pero ese no fue el caso.
A los 18 minutos los blanquiazules se adelantaban en el marcador de piernas de Sergio Oliveira que con mucha fortaleza y claridad ponía el primero del partido desde el punto penal. El jugador sumó su cuarta celebración en siete juegos y ponía las cosas color de hormiga para los de Pirlo que en ese instante debían repetir el marcador de OPorto si querían al menos llegar a la prórroga.
Al 49′, una pelota en profundidad a espaldas de los defensores, llegaba a piernas de Cristiano que bajó con calidad para Federico Chiesa, quien de inmediato la puso en el ángulo para celebrar el 1-1.
Un cuarto de hora más tarde, el mismo Chiesa celebraba el segundo. Cabezazo en el área tras centro de Juan Guillermo Cuadrado y la serie se igualaba a tres goles por lado. Pero la historia no termina ahí.
Con el marcador empatado en el global, la prórroga se hizo presente y al 114′ los visitantes anotaban un gol determinante de piernas de Sergio Oliveira que de tiro libre pone el empate para el conjunto portugués. Remató con fuerza y el balón pasó por debajo de la barrera. El arquero no la alcanzó y los lusitanos se acercaban a su clasificación con el cuarto tanto en el global y el segundo como invitado que obligaba a los italianos a marcar dos dianas más si querían llegar a cuartos de final.
Sin embargo y pese a tener que remar en contra, los locales anotaban el gol que hacia soñar la remontada milagrosa. Al 116′, Adrien Rabiot de cabeza y a la salida de un tiro de esquina pone el tercero para el conjunto de Turín que soñaba con la clasificación in extremis.
Pero fue todo en Turín, que ve una vez más como se escapa la orejona y donde la llegada de Cristiano no ha servido para volver a levantar la anhelada copa.