El cáncer de ovario es una enfermedad grave. Constituye la principal causa de muerte por tumores malignos en el mundo occidental. En España, se diagnostican unos 3.300 casos cada año, lo que representa algo más del 5 % de cánceres entre las mujeres por detrás de los de mama, colorrectales y de cuerpo de útero. Suele presentarse entre los 50 y 75 años, postmenopáusicas, aunque las mujeres más jóvenes pueden también padecerlo.
Este tipo de cáncer, el octavo tipo de cáncer más frecuente en las mujeres, es una enfermedad muy heterogénea con al menos cuatro subtipos histológicos diferentes que se comportan de forma distinta, tanto en frecuencia como en conducta, y diferentes subtipos moleculares. Esto hace que sus síntomas sean también muy variados e inespecíficos, lo que dificulta en gran medida su identificación.
Síntomas del cáncer de ovario
Los síntomas del cáncer de ovario pueden ser muy heterogéneos, lo que hace que, en ocasiones, sea muy difícil dar con un diagnóstico certero. Entre los más habituales están:
– Dolor abdominal.
– Dolor pélvico.
– Hinchazón abdominal.
– Aumento del tamaño abdominal.
– Pérdida del apetito.
– Sensación de estar llena constantemente.
– Necesidad de orinar frecuentemente.
– Estreñimiento o diarrea.
– Dolor de espalda que empeora con el tiempo.
– Cansancio excesivo.
– Pérdida o aumento de peso sin causa conocida.
– Náuseas y vómitos.
– Sangrado vaginal y alteraciones del ciclo menstrual.
«Estos síntomas son muy inespecíficos, pero si se presenta más de uno y persisten más de dos semanas, acude a tu médico de familia o ginecólogo», recomienda la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (Asaco).
Cómo prevenir el cáncer de ovario
Hay algunos factores que pueden influir en la aparición del cáncer ovárico. Algunos de ellos son la edad (la gran mayoría de los casos se diagnostican por encima de los 45 años, siendo la edad media de diagnóstico de 61-63 años), el no haber tenido hijos (hay varios estudios que evidencian que las mujeres que han sido madres varias veces tienen menos probabilidades de padecer un cáncer de ovario), los antecedentes familiares y la obesidad.
Según Asaco, todavía no existe una técnica o método para la detección precoz del cáncer de ovario. Solo el 20 % de las pacientes son diagnosticadas en los estados iniciales de la enfermedad. Por este motivo, la revisión ginecológica frecuente es muy importante. Sin embargo, una simple citología no permite detectar la presencia de tumores malignos en los ovarios:
- Examen pélvico: Esta prueba permite al ginecólogo o ginecóloga examinar la forma y el tamaño de los ovarios y del útero.
- Marcadores tumorales: Mediante una analítica puede medirse el nivel en sangre del CA-125, que es un marcador que puede encontrarse elevado en las mujeres que padecen un cáncer de ovario.
- Ecografía transvaginal: Es un método que permite detectar masas mediante ultrasonidos.
- Biopsia: Una vez que el resto de pruebas indican la existencia de un cáncer de ovario, se realiza un proceso quirúrgico en el que se extrae una muestra de tejido ovárico. El análisis al microscopio de la muestra obtenida proporciona la certeza del diagnóstico.
Tratamiento del cáncer de ovario
Una vez se ha diagnosticado el cáncer, es fundamental conocer la etapa o estadio en la que se encuentra la enfermedad para comenzar un tratamiento. El estadio del cáncer de ovario puede indicarnos la extensión de la enfermedad.
Normalmente, cuando se está ante un cáncer de ovario avanzado, el tratamiento estándar consiste en la realización de una cirugía para eliminar los tumores visibles (resección). En función de una serie de criterios clínicos, se realizará un tratamiento de quimioterapia antes o después de la intervención del cirujano. Es importante saber que la mayoría de las mujeres tendrán recaídas durante los dos primeros años.
La elección del tratamiento una vez se ha recaído dependerá del tipo del tumor, de la duración de la respuesta a la primera línea, de las toxicidades presentados y de agentes utilizadas, así como de la presencia o no de mutaciones en BRCA (genes que inhiben los tumores malignos).
Además de la quimioterapia, hay otros tratamientos complementarios que actúan sobre dianas específicas del crecimiento tumoral y que han demostrado ser muy efectivos en diferentes escenarios del cáncer de ovario avanzado. Uno de ellos es el tratamiento antigénico con bevacizumab, que persigue el bloqueo de la formación de nuevos vasos sanguíneos por el tumor, lo que dificulta su crecimiento.
Con información de ABC