La Casa Blanca ha evaluado distintos escenarios que incluyen desde acciones militares hasta rutas diplomáticas. Las declaraciones del presidente estadounidense se suman a las que ya había realizado días antes, cuando señaló que “probablemente” sostendría un intercambio con Maduro. El propio Trump dejó entrever que espera que la presión ejercida hasta ahora pueda generar cambios en Caracas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que prevé sostener en el corto plazo una conversación directa con Nicolás Maduro, en medio del incremento de la presencia militar estadounidense en el Caribe y del clima de tensión que envuelve a la región.
En una entrevista concedida a Fox News, Trump afirmó que mantiene un mensaje “muy específico” para el mandatario venezolano, aunque evitó ofrecer detalles. “Hablaré con él en un futuro no muy lejano”, declaró, subrayando que Washington se mantendrá “muy involucrado” en los acontecimientos relacionados con Venezuela.
De acuerdo con fuentes consultadas por la cadena estadounidense, la Casa Blanca ha evaluado distintos escenarios que incluyen desde acciones militares hasta rutas diplomáticas. Sin embargo, el propio Trump dejó entrever que espera que la presión ejercida hasta ahora pueda generar cambios en Caracas sin la necesidad de una intervención armada.
Las declaraciones del presidente estadounidense se suman a las que ya había realizado días antes, cuando señaló que “probablemente” sostendría un intercambio con Maduro. El mandatario venezolano respondió desde la televisión estatal que estaría dispuesto a dialogar directamente con Washington. “Cualquiera que quiera hablar con Venezuela lo hará cara a cara”, insistió, reiterando su defensa del diálogo como mecanismo para evitar el conflicto.
El contexto regional añade mayor complejidad al escenario. En las últimas semanas, Estados Unidos ha intensificado operaciones contra embarcaciones que acusa de participar en actividades de narcotráfico. Los ataques, ejecutados tanto en el Caribe como en el Pacífico, han resultado en el hundimiento de 22 botes y la muerte de 83 personas, elevando el nivel de confrontación indirecta entre Washington y Caracas.
Mientras ambos gobiernos abren la puerta a un eventual intercambio, la diplomacia y la presión militar avanzan simultáneamente, configurando un nuevo capítulo en la ya prolongada disputa entre Estados Unidos y Venezuela.
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