Un reciente informe de Cáritas Venezuela ha encendido las alarmas en el país. El boletín, que se basa en evaluaciones realizadas en agosto de este año, revela un retroceso alarmante: las cifras de desnutrición infantil han vuelto a los niveles registrados al inicio de la emergencia humanitaria en 2016.
El estudio, que abarcó 20 estados, 28 diócesis y 56 municipios, evaluó a 2.502 niños y 740 mujeres gestantes.
Aunque la organización aclaró que la muestra no es representativa a nivel nacional, enfatizó su importancia para identificar focos de urgencia que requieren atención inmediata.
El 20 por ciento de los estados evaluados están en fase de emergencia y el 25 por ciento en crisis. Se determinó que las entidades más afectadas son: Falcón, 16,2 por ciento; Bolívar, 15,3 por ciento; y Zulia, 15,1 por ciento.
El informe destaca una correlación preocupante entre la edad y la gravedad de la desnutrición. Los niños más pequeños llevan la peor parte de la crisis alimentaria.
Los menores de 2 años concentran el 42 por ciento de todos los casos de desnutrición detectados. En los menores de 6 meses, la desnutrición aguda es muy alta, 17,6 por ciento, casi el doble del promedio general.
Por otro lado, la desnutrición aguda en menores de 2 años es de 10,2 por ciento y supera el promedio de la población infantil general menor de 5 años, cuya cifra de desnutrición es de 9,1 por ciento.
Los menores llevan la peor parte, pero las mujeres gestantes y lactantes también sufren.
Se detectó que el 18 por ciento de las mujeres evaluadas presenta riesgo nutricional. El 23 por ciento de las gestantes evaluadas son adolescentes menores de 19 años.
Esas mujeres con embarazos precoces presentan un riesgo nutricional mayor en comparación con aquellas con embarazos no precoces, que registran un 16,8 por ciento.
Infancia en riesgo
El hallazgo más contundente del informe indica que 29,5 por ciento de los niños evaluados presenta desnutrición aguda o se encuentra en riesgo inminente de padecerla.
También que el 9,1 por ciento de los infantes ya presenta desnutrición aguda en sus grados moderado o severo.
Estrategias de sobrevivencia de los venezolanos
Según el informe de Cáritas, las familias venezolanas han tenido que recurrir a medidas extremas para subsistir, lo que ha provocado un deterioro sostenido de la calidad de vida y la salud.
El documento detalla que el 76 por ciento de los hogares liquidó sus ahorros y el 54 por ciento se ha endeudado para comer.
Por otro lado, el 59 por ciento de las familias ha reducido la calidad y cantidad de sus alimentos y al menos un 32 por ciento depende de servicios de alimentación externos, como ollas comunitarias y comedores.
También se reportó que el 90 por ciento de los hogares en zonas vulnerables no tiene acceso continuo a agua potable. Para Cáritas, esta brecha en saneamiento anula los pocos avances en nutrición.
La organización considera que hay una curva preocupante. Los picos máximos en desnutrición se observaron entre 2017, 2018 y el inicio de la pandemia en 2020.
Luego se reportó una leve mejora, con avances modestos entre 2021 y 2023.
Desde 2023, la situación ha empeorado de forma sostenida debido a la combinación de mayores necesidades y la disminución de fondos de cooperación internacional.
«Es más relevante que nunca seguir apoyando la respuesta humanitaria en Venezuela y apalancar los servicios que necesitan continuar dando una atención aún urgente», dice la organización.
NAM/Agencias
Recuerda seguirnos en nuestra NUEVA CUENTA INSTAGRAM , TIKTOK Y WHATSAPP

