Desde rituales hasta festejos modernos, la evolución de esta fecha revela cómo la mezcla de culturas impulsó una de las celebraciones más populares y esperadas del calendario
El 31 de octubre se celebra Halloween, fecha que moviliza a millones de personas disfrazadas con atuendos terroríficos y día cuando los niños buscan dulces de puerta en puerta y decoraciones inspiradas en motivos de terror en la entrada de sus viviendas.

Halloween es una fiesta que se celebra víspera de la fiesta cristiana occidental de «Todos los Santos». Inicia la conmemoración de Allhallowtide, el periodo del año litúrgico dedicado a recordar a los muertos, incluidos los santos, los mártires y todos los fieles difuntos.

En diferentes partes del mundo se celebra de una forma distinta y las costumbres son diferentes, sobre todo en países anglosajones: Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino; en menor medida en Latinoamérica.

Aunque, en USA celebran este día con el “Truco o trato” (Trick-or-Treat en inglés) tanto para niños como adultos se disfrazan y ambientan sus casas. Es una fecha muy parecida a la Navidad y adornan con mucho detalle toda la casa. En Venezuela la fiesta es más que todo para los jóvenes.

La celebración no solo es para las personas que compran y lucen los disfraces para ir a fiestas o encuentros entre amigos, pues, las dinámicas y costumbres han cambiado y ahora es bastante común que la tradición se extienda a mascotas e incluso llegan muchos hasta colocar motivos de dicha fiesta a sus vehículos.

No es muy tradicional en el país
Aunque no es una tradición local, los venezolanos han adoptado la festividad, a la que se refieren como «Noche de Brujas», adoptando la festividad como una ocasión para reunirse y divertirse con fiestas de disfraces.
La celebración se ha popularizado como un motivo para el esparcimiento social, con fiestas en bares, discotecas y hogares. Además, se ha convertido en una oportunidad de negocio para los comercios, que se preparan vendiendo.

Su popularidad ha crecido en los últimos años adoptada por la juventud como una excusa para reunirse, disfrazarse y disfrutar de eventos sociales en bares, discotecas y fiestas privadas, donde los disfraces son el centro de la celebración. Es común que grupos de amigos se reúnan en casas para ver películas de terror y hacer otras actividades temáticas.
La fiesta de Brujas, especialmente entre los jóvenes, refleja una adopción de influencias culturales globales, más allá de las tradiciones locales como la patineta o las fiestas navideñas.
Infobae/ Foto: Cortesía
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