Aunque dar un teléfono móvil a un niño, suele generar en los padres una sensación de seguridad, también puede exponer a los niños a una gran variedad de peligros que se deben de tomar en cuenta al momento de decidir dar o no un teléfono móvil a su hijo.
Los niños que pasan demasiado tiempo con el teléfono pueden volverse sedentarios y perder la actividad física. Esto puede provocar obesidad, mala salud cardiovascular y otros problemas de salud, física, psiquica, conductual y hasta incluso merma sus capacidades de relacionarse y de tomar decisiones acertadas.
El uso excesivo de los teléfonos puede hacer que los niños se vuelvan irritables, ansiosos y malhumorados. También pueden volverse excesivamente dependientes de sus teléfonos y experimentar síntomas de abstinencia cuando no los usan.
Se han dado casos de niños que, inclusive, han asesinado a sus madres cuando éstas los castigan quitándoles el celular, porque, la avalancha informativa que se maneja a través de un dispositivo movil inteligente, que no es otra cosa que una computadora con teléfono moldea definitivamente la psiquis y la conducta del menor.
Un factor de riesgo importante es el potencial adictivo de los teléfonos inteligentes y las consecuencias del uso excesivo puede provocar:
–Pérdida de sueño
–Bajo rendimiento académico
–Falta de actividad física:
–Irritabilidad y ansiedad
Contenido inapropiado
Los teléfonos con acceso ilimitado a Internet exponen a los niños al riesgo de encontrar contenido inapropiado o incluso ilegal. Desde pornografía, hasta información falsa y teorías conspirativas, los menores pueden acceder fácilmente a material que no es apto para su edad, así como acceder a los denominados ‘desafios virales’ que han terminado con la vida de muchos menores.
La exposición temprana a ciertos contenidos se ha vinculado con actitudes disfuncionales hacia el sexo, normalización de la violencia, radicalización y otros efectos dañinos en el desarrollo de los jóvenes. Los padres deben utilizar controles parentales, filtros y monitoreo para proteger a los niños de contenido perjudicial.
Otros problemas físicos
Impacto en la postura y la visión El uso intensivo de los smartphones también puede tener consecuencias físicas para la salud infantil. Estudios han encontrado que la postura encorvada al usar el móvil provoca dolores de cuello, espalda y problemas posturales en un porcentaje creciente de jóvenes.
Además, la exposición prolongada a las pantallas digitales se asocia con fatiga visual, ojos secos, visión borrosa y mayor riesgo de miopía en los niños.
Aislamiento
Los teléfonos móviles pueden interferir con el desarrollo de habilidades sociales clave en los niños cuando se usan en exceso. Los menores muy pendientes de sus dispositivos a menudo interactúan menos con familiares y amigos en persona, lo que puede dificultar su capacidad para leer señales sociales y emocionales, empanizar, comunicarse y colaborar efectivamente con otros.
Sexting: Los niños pueden practicar el sexting, que puede acarrear consecuencias legales y angustia emocional. Los padres deben hablar de los riesgos y consecuencias del sexting con sus hijos.
Seguimiento de la ubicación: Algunos teléfonos móviles tienen funciones de localización por GPS, que pueden utilizarse para controlar el paradero del menor. Sin embargo, esto también puede suponer un problema de privacidad y puede hacer que los menores se sientan constantemente vigilados.
Falta de exposición sensorial y otras experiencias: Muchos niños pasan un tiempo excesivo delante de pantallas, privándose así de estímulos vitales necesarios para su desarrollo en edades tempranas. Estos estímulos incluyen interacciones con compañeros/adultos, movimientos físicos, leer, dibujar e incluso aburrirse. Sin embargo, estas actividades son los elementos clave para un desarrollo intelectual adecuado, que parecen estar disminuyendo por primera vez en varias generaciones.
¿Qué podemos hacer?
Hoy en día se tiende a sobreproteger a los niños en el mundo físico: no les dejamos ir solos al colegio, les llevamos a jugar a parques infantiles totalmente inofensivos, y apenas les responsabilizamos con tareas domésticas. Sin embargo, les dejamos ir a su libre albedrío en el mundo digital, sin darnos cuentas de los peligros reales que esto conlleva.
Equilibrar el tiempo frente a la pantalla con interacciones sociales enriquecedoras es esencial para el sano desarrollo de los niños. Los padres deben predicar con el ejemplo al usar sus propios teléfonos con moderación y priorizar el tiempo familiar sin dispositivos.
Si bien los teléfonos inteligentes pueden ser una potente herramienta, lo cierto es que usualmente se utilizan de forma inadecuada. Antes de dar un smartphone a sus hijos, los padres deben considerar cuidadosamente estos peligros y establecer pautas claras de uso para proteger su bienestar. En Neurocentro, proponemos una buena alternativa para tener localizados a nuestros pequeños: proporcionarles un teléfono de aquellos que usábamos cuando llegaron los primeros móviles, sin conexión a internet ni videojuegos, sólo para llamar y recibir llamadas.
El uso de los dispositivos electrónicos por los niños durante largas horas cada día, perjudica su desarrollo normal y les ocasiona problemas de conducta, trastorno de sueño e incluso problemas de depresión infantil y ansiedad, con riesgo de generar adicción en casos extremos.
Así señaló el médico psiquiatra Horacio Vargas Murga, director adjunto del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), quien exhortó a los padres tener mayor control y supervisión de las aplicaciones que descargan sus hijos en sus equipos electrónicos, y que lean con detenimiento los permisos que se solicitan; más aún, en esta etapa de vacaciones.
Dijo que muchos padres facilitan celulares a sus hijos menores de 2 años a fin de calmar su llanto o para jugar. En esa línea subrayó que la exposición excesiva es perjudicial porque puede acelerar el crecimiento del cerebro y asociarse con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y falta de autocontrol; así como aumentar el riesgo de trastorno bipolar, psicosis y conductas agresivas en personas con predisposición a estos cuadros.
Sostuvo que si el niño está más de 2 horas al día con los dispositivos electrónicos, su conducta se presenta alterada, prefiere quedarse en casa en la computadora y no salir con sus amigos y baja su rendimiento académico, puede ser una sospecha de una adicción; los padres deben ir disminuyendo el uso de dichos aparatos de forma progresiva. Si a pesar de esa medida el problema persiste, es recomendable acudir a un establecimiento de salud para ayuda profesional.
NAM/Holhangelli Urdaneta/Pasante/Nota de Prensa
Recuerda seguirnos en nuestra NUEVA CUENTA INSTAGRAM , TIKTOK Y WHATSAPP