Durante casi tres meses, un joven venezolano llamado Aly Gil, de 24 años, estuvo arrestado en un centro de detención de inmigrantes, pese a contar con Estatus de Protección Temporal (TPS). Finalmente fue deportado a su país, pero ahora su madre relató la dura experiencia que atravesó su hijo, entre incertidumbre, la depresión y un deterioro físico evidente.
El pasado 1 de junio, Aly viajaba en un auto junto a otros inmigrantes venezolanos cuando fueron detenidos en Caterville, Georgia. Aunque contaba con documentos que lo acreditaban como beneficiario del TPS, fue esposado y privado de sus pertenencias. “Sin ningún delito lo arrestaron”, dijo su madre en declaraciones a la cadena Univision.
Tras la detención, Aly fue trasladado al Centro de Detención Stewart, en Georgia, donde pasó semanas sin contacto con su familia. “No sabía nada de él… fue muy doloroso, me estaba volviendo loca”, recordó Yormelys.
Las condiciones dentro del centro agravaron su salud. Según el testimonio, Aly apenas comía porque la comida era deficiente, sufrió problemas estomacales y cayó en depresión. “Mi hijo estaba a punto de enloquecer”, expresó su madre, cuestionando la prolongada permanencia de inmigrantes bajo custodia.
Traslado a Texas y deportación a Venezuela
El 20 de agosto, Aly fue movido a otro centro de ICE en Port Isabel, Texas. Tres días después, firmó su salida voluntaria y fue deportado a Venezuela.
“Ya lo tengo en casa, pero lo que vivió lo marcó para siempre”, aseguró Yormelys, quien denunció el trato que reciben los migrantes detenidos. “Es un dolor que vivimos todas las madres. Los encierran como si fueran animales”, dijo con indignación.
La madre de Aly resaltó que la experiencia no solo afectó a su hijo, sino también a ella como familiar. “Fue un desgaste físico y emocional. Quiero alzar la voz por todos los migrantes que siguen detenidos en Estados Unidos”, afirmó.
NAM – La Opinión
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