El Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto es el escenario que sirvió de marco en esta noche de viernes crepuscular para que el campeón de Venezuela reciba al equipo naranja en el duelo número 17 que encuentra a los dos rivales en un juego inaugural. El récord en tal sentido para los Zulianos en esas circunstancias es de seis victorias por 10 reveces ante las aves rojas.
A estadio vacío, por las circunstancias especiales en las que se desarrolla la temporada abreviada de la 2020-21, que no contará con publico en las gradas sino hasta el mes de diciembre y siempre que se cumplan con los protocolos de seguridad establecidos. Iniciaba un partido inaugural sin la rimbombancia y celebración que acostumbramos ver en la fiesta del béisbol.
Festejos reemplazados por minutos de silencio que brindaron sus respetos a las más de 100 mil victimas por covid-19 en el país y que traían a colación la exclusión de quien se había anunciado para abrir por los Aguiluchos, Frank Duncan, uno de los tres importados traídos por las Águilas como refuerzo para esta campaña y que se sumaba a Olmo Rosario, el hombre fuerte de los Zulianos, ambos positivos por Covid, previo a este encuentro y saliendo del lineup este mismo viernes.
Entre tanto, arrancó el duelo y la parte alta del primer inning estuvo dispuesta por la temprana ofensiva aguilucha que no dudo en atacar los lanzamientos de Néstor Molina y así anotar “la de la quiniela” poniendo el 1-0 rápido en la pizarra impulsada por Ali Castillo para que en la parte baja de la misma primera entrada, Elvis Araujo, sacara el 1,2 y 3 dejando en cero a los crepusculares.
En la parte baja del cuarto, el zurdo marabino de las Águilas exhibió algunas falencias en su salida que significo una visita rápida al montículo para un lanzador acostumbrado mas a venir desde el bullpen. pero que salió de problemas y cerro su actuación con menos de 45 lanzamientos. Mientras que en la acera de enfrente y tras 75 lanzamiento, exhibiendo claros problemas en la parte alta de la quinta entrada Néstor Colina abandonaba la lomita de Cardenales heredándole a Elvis Escobar, zurdo de la Guiara, par de aguiluchos.
Escobar fue recibido por Daniel Brito con un toque de bola que puso las bases llenas sin outs en la pizarra y que a la postre significó más anotaciones para los Zulianos, tras un rally de 4 carreras que dejó comprometido al toril de Cardenales que termino saliendo del problema con Luis Oviedo y un roletazo a la tercera.
A la altura de la séptima entrada en su parte baja, los pájaros rojos podrían cifras a la pizarra tras un descontrol del recién ingresado Eduardo Paredes que permitió la rayita larense y dejaría momentáneamente el 5-1 transitorio en un inning que vería un intento en el despertar del bate por los locales.
Avanzado un poco más el encuentro en Barquisimeto el ingreso de Arsenio León se produjo en la octava. Entrada que dibujo una escena preocupante para los Larenses que vieron como un lanzamiento de León impactaba en la humanidad de José Tabata, que lucia muy conmocionado al salir del encuentro y antecedió la salida del veterano lanzador zuliano tras llenar las bases. Con la Herencia para Jefferson Medina, el joven lanzador permitió dos anotaciones de caballitos tras lanzar ocho malas consecutivas y dejando todo abierto para la novena 5×3.
La respuesta Zuliana no se hizo esperar y en la novena entrada con hombre en posición anotadora Grenny Cumana pega sencillo con rodado al jardín derecho y anota Ali Castillo desde 2da. para poner la sexta carrera para el visitante.
Al final de la novena, el mandamás de las Águilas puso sobre el montículo a su cerrador, Silvino Bracho, para dar finiquito a un encuentro que se le había complicado a los relevistas rapaces y que también trajo problemas para el derecho quien dejó anotar la cuarta para los Cardenales que abrazaron la idea de cocinar el empate sobre el final pero que no fue posible lo que le da a Bracho su primer salvamento de la 20-21.
Las Águilas suman su primera victoria de la campaña y dejan servida la mesa para el encuentro de este sábado cuando se dispute su primer duelo como local, de manera administrativa, y el primer juego realizado en honor a la Virgen Chinita en suelo crepuscular.