En el estado Zulia, una sofisticada estructura de legitimación de capitales utilizó el rostro amable del emprendimiento digital y las redes sociales como pantalla para ocultar operaciones de narcotráfico. Lo que a simple vista eran marcas exitosas, campañas aspiracionales y sorteos en efectivo, en realidad formaban parte de una red criminal cuyo objetivo era lavar dinero sucio a través de estrategias de posicionamiento y validación digital.
El 21 de abril de 2025, comisiones del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) aseguraron cuatro establecimientos comerciales en el Centro Comercial Delicias Plaza de Maracaibo, como parte de la llamada Operación Relámpago del Catatumbo:
•Woow Venezuela
•Signatures By California
•Wild Bear Venezuela
•California Tiendas
Según fuentes vinculadas a la investigación, estos negocios eran propiedad de Mónica Montero (actualmente evadida) y su esposo Carlos Añez (presuntamente detenido), ambos relacionados familiarmente con Gercio Parra, señalado como uno de los principales operadores de una red transnacional de narcotráfico. Sin embargo, más allá de las tiendas físicas, la estructura operaba con fuerza en el entorno digital, con el apoyo directo de influencers zulianos que prestaron su imagen, plataformas y estructuras comerciales para encubrir las operaciones.
Entre los nombres más señalados figura el abogado e influencer José Vicente Faría, actualmente evadido, junto a su esposa Thayen Valbuena y su cuñada Thayana Valbuena, quienes participaron activamente en campañas de promoción y sorteos para las marcas hoy incautadas. También se menciona al estratega digital Julio Urribarrí, involucrado en la difusión de contenido promocional para estas tiendas.
Uno de los mecanismos más frecuentes empleados fue la realización de sorteos múltiples con premios en dólares en efectivo, organizados desde cuentas comerciales como @californiatiendas y otras vinculadas al mismo grupo empresarial. Los premios —que variaban entre $1.000 y hasta $5.000 en efectivo— eran ofrecidos periódicamente a cambio de seguir cuentas específicas, comentar publicaciones, etiquetar amigos y dar “likes” en masa. Las cuentas promovidas incluían a:
•@makeupbyth
•@juliourribarri
•@carminavivenzio
•@mautips
•@soyricardojose
•@viajesjavitour
•@californiatiendas
•@pinkoh_ve
•@marygonzalezduh
Las fuentes señalan que estos sorteos eran financiados con dinero proveniente del lavado de activos, como parte de una estrategia sistemática para inflar seguidores, construir visibilidad artificial y posicionar públicamente a las marcas fachada como referentes de moda y éxito comercial.
Este patrón —repetido en distintos momentos y con distintos montos— consolidó la figura del “falso influencer”: individuos que no alcanzaron su audiencia de manera legítima, sino que compraron su visibilidad con recursos del narcotráfico, participando de forma directa en el diseño y ejecución de campañas fraudulentas.
Para los investigadores, estos influencers no fueron simples promotores: fueron facilitadores activos del blanqueo de capitales, utilizando sus plataformas y estructuras digitales como instrumentos para validar la legalidad de operaciones comerciales ilícitas.
La operación continúa activa y, según las fuentes consultadas, no se descartan nuevas actuaciones sobre figuras públicas, marcas y empresas que hayan sido utilizadas como vehículo de encubrimiento financiero.
En el Zulia, donde la estética digital ha servido durante años como sinónimo de éxito, el caso ha dejado al descubierto una nueva realidad: una red donde los sorteos, las promociones y la influencia digital fueron utilizadas como herramientas encubiertas del crimen organizado.
albertonews
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