El Miércoles Santo, también conocido como el “Día de la Traición”, marca el final de la primera etapa de la Semana Santa y da inicio al Triduo Pascual, considerado el corazón de las celebraciones litúrgicas más solemnes del calendario cristiano.
Esta jornada recuerda el episodio en el que Judas Iscariote, uno de los doce discípulos de Jesús, pactó con los Sumos Sacerdotes la entrega del Maestro a cambio de 30 monedas de plata. Ese acuerdo dio inicio al plan para su captura y posterior crucifixión.
Debido a este acto de traición, muchos fieles y estudiosos consideran el Miércoles Santo como el “primer día de luto” para la Iglesia, según lo reseñado por la agencia católica ACI Prensa.
En Venezuela, esta fecha se vive con profunda devoción, especialmente a través de la figura de Jesús Nazareno, una de las más veneradas en el país. Cada año, miles de creyentes participan en actos religiosos cargados de simbolismo y fervor.
Las principales celebraciones se desarrollan en Caracas, Maracaibo y Ciudad Guayana, donde se organizan procesiones, misas y momentos de reflexión en honor al Nazareno. Las manifestaciones de fe incluyen música sacra, plegarias y el cumplimiento de promesas por parte de los fieles.
En la capital venezolana, la devoción se concentra en la Basílica de Santa Teresa, con la tradicional procesión del Nazareno de San Pablo. También destaca la imagen del Nazareno de Achaguas, en el estado Apure, que congrega a miles de peregrinos.
Durante la procesión, la imagen de Jesús cargando la cruz y vestido de morado recorre las calles, acompañada por fieles que caminan descalzos o vestidos del mismo color como parte de sus promesas por favores concedidos.
En Maracaibo, el Nazareno recorre el Casco Central, y en templos como la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y la Catedral de San Pedro y San Pablo, se realizan celebraciones litúrgicas especiales que invitan a la meditación sobre la pasión, el sacrificio y la esperanza de redención.