La lucha de poderes entre factores políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) se instaló en el seno de la Alcaldía de Maracaibo y sus instituciones.
El tema del reciente reconocimiento a Nicolás Maduro por parte de la Cámara Municipal, a través de su presidente, Omar Molina, y la exigencia contra el alcalde encargado, Adrián Romero, de repetir la fórmula con idéntico tenor alimenta una confrontación entre la concejala Jessy Gascón, jefa de fracción del partido rojo y el contralor Antonio Bermúdez.
Cómo la primera logró que Molina reconociera a Maduro como Presidente de la República, ahora el trofeo se lo quiere llevar Bermúdez al sacarle esa misma frase al alcalde encargado, pero ya Adrián Romero expuso en un comunicado adecuado a las leyes, una respuesta que avala su reconocimiento a las institucionalidades del Estado.
Ahora la pregunta es: ¿Esa es responsabilidad del Contralor o está actuando como un agente político? Estamos sometiendo a Maracaibo en una tensión innecesaria que amerita que todas las instituciones del estado trabajen en función de la ciudad. Atender las necesidades de los ciudadanos es la prioridad. Corpozulia, el Ejecutivo regional y las alcaldías tienen competencia para ese objetivo y Romero con su equipo están demostrando capacidad, entrega, honestidad y compromiso, y se viene articulando un extraordinario trabajo con los diferentes organismos tantos civiles como militares en el Estado.
Esa es la prioridad y no formar un “pan y circo” con temas fuera de lugar y que no solo golpean a la ciudad, sino que muestran las costuras de funcionarios que parecieran apostar por ellos mismos en la batalla por el poder mientras trasgreden los límites de sus competencias.
Con información de Versión Final