Cada 19 de enero, Ciudad Ojeda celebra su aniversario, recordando su fundación en 1937. Nacida de la necesidad y visión del presidente Eleazar López Contreras, la ciudad fue creada para ofrecer un nuevo hogar a los habitantes de Lagunillas de Agua, quienes vivían en condiciones peligrosas. Sin embargo, la verdadera fortaleza de Ciudad Ojeda reside en sus pobladores, cuyo papel ha sido fundamental para su crecimiento y desarrollo.
La adaptación de los primeros habitantes de Ciudad Ojeda fue una prueba de su resiliencia. A pesar de la reticencia inicial a abandonar Lagunillas de Agua, la tragedia del incendio de 1939 obligó a muchos a trasladarse a la nueva ciudad. Estos pioneros demostraron una capacidad extraordinaria para adaptarse a un nuevo entorno, reconstruyendo sus vidas y creando una comunidad sólida desde cero.
La llegada de inmigrantes europeos a finales de los años 40 marcó otro hito importante. Estos nuevos habitantes, que huían de la Segunda Guerra Mundial, trajeron consigo conocimientos, habilidades y una mentalidad emprendedora. Su integración a la comunidad local no solo enriqueció la diversidad cultural de la ciudad, sino que también impulsó significativamente su desarrollo económico. La colaboración y el espíritu de trabajo conjunto entre los inmigrantes y los residentes originales fueron cruciales para el progreso de Ciudad Ojeda.
El dinamismo de la población, tanto local como inmigrante, propició un rápido crecimiento urbano a finales de los años 50. Este período se caracterizó por la construcción de infraestructura esencial, incluyendo edificios, plazas, comercios, escuelas, vías de comunicación y muelles petroleros. Los esfuerzos de los habitantes, tanto en términos de trabajo como de emprendimiento, transformaron a Ciudad Ojeda en un centro de desarrollo en el occidente de Venezuela.
En 1965, la creación de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Lagunillas (ACIL) subrayó el papel activo de los ciudadanos en la mejora de la ciudad. ACIL se convirtió en un agente clave en la gestión y mejora de los servicios públicos, logrando avances significativos en infraestructura y servicios, como el asfaltado de calles, la construcción de avenidas y la mejora del servicio eléctrico y de telecomunicaciones.
A lo largo de los años, la historia de Ciudad Ojeda ha sido un testimonio de la capacidad de sus pobladores para adaptarse y prosperar frente a los desafíos. A pesar de la disminución de la producción petrolera, la ciudad sigue siendo un ejemplo de resiliencia y adaptabilidad. Sus habitantes han demostrado una y otra vez que, con unidad y esfuerzo colectivo, pueden superar cualquier adversidad.
Mirando hacia el futuro, el mismo espíritu emprendedor y comunitario que ha impulsdo el crecimiento de la ciudad será fundamental para construir un futuro próspero. Los desafíos actuales pueden convertirse en oportunidades de cambio positivo si se abordan con creatividad y determinación. Es crucial aprovechar la capacidad innata de la comunidad para innovar y adaptarse, asegurando que nuestra ciudad continúe siendo un faro de desarrollo y progreso en el estado Zulia.
Con visión, trabajo duro y colaboración, es posible transformar cada desafío en una nueva oportunidad para prosperar. La historia de Ciudad Ojeda demuestra que, cuando una comunidad se une con un propósito común, no hay meta inalcanzable. Miremos hacia el futuro con confianza y determinación, sabiendo que juntos podemos forjar un camino hacia un mañana mejor.
Francisco Chávez / Cronista de la ciudad