El gobernador Manuel Rosales Guerrero rindió un sentido homenaje y el conferimiento de la Orden Lago de Maracaibo en su Primera Clase al Nuncio Apostólico en Venezuela, Excelentísimo Monseñor Alberto Ortega Martín, acto que se desarrolló la tarde de este sábado, 16 de noviembre, en el Salón de Recepciones del Palacio de Gobierno.
Acompañado por miembros de su Tren Ejecutivo, la presidenta del Consejo Legislativo del Zulia, además de los alcaldes de Maracaibo y San Francisco, el gobernador Rosales manifestó: «Con ocasión del Jubileo de la Misericordia, el 17 de septiembre de 2016, el Papa Francisco recordó cómo el Nuncio Apostólico debe «auscultar» el corazón del Papa y dejar que su «aliento» llegue a las Iglesias del mundo implicándose, viajando, encontrándose y dialogando con todos.
Resaltó, además: «Asi que hoy es un honor para los zulianos esta primera visita de su Excelencia Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico de la Santa Sede en Venezuela, nombrado Nuncio Apostólico en Irak y Jordania el 1 de agosto de 2015, en un momento crítico para la región, cuando la paz y la coexistencia se veían amenazadas por conflictos y tensiones».
Rosales sostuvo que la labor del Nuncio Apostólico en estas tierras, marcadas por la historia y la diversidad, ha sido fundamental para fortalecer los lazos entre las comunidades religiosas y promover la reconciliación en un entorno desafiante.
Recordó que el 10 de octubre de 2015, en la Basílica de San Pedro, Monseñor Ortega fue ordenado obispo, recibiendo así el sacramento del orden sagrado y asumiendo la responsabilidad de guiar a los fieles en su camino espiritual. «Un honor, porque coincide su llegada con la celebración de los 315 años de la aparición de Nuestra Señora de Chiquinquirá, allí a las orillas del Lago, muy cerca de esta sede del Poder Ejecutivo».
Resaltó que su Excelencia es un hombre de reconciliación y de mediación, imparcial y objetivo en sus encuentros con cada persona, favoreciendo la comunión en cada ocasión. «Ha sido también un hombre esforzado y caritativo, que trabaja por la paz y se prodiga en obras de caridad, especialmente hacia los pobres y marginados, cumpliendo así su misión y su ser padre y pastor».
Ejemplo de servicio
El Gobernador afirmó que para él es un honor recibirle, porque su trayectoria ha sido un ejemplo de servicio abnegado y comprometido, muchas veces poniendo su vida en riesgo, cuando le ha correspondido ser el representante diplomático de el Vaticano en países sacudidos por la guerra. «En este acto solemne los poderes públicos hemos decidido conferirle las máximas condecoraciones de la zulianidad que llevan implícitas el reconocimiento a su trayectoria y el amor de este pueblo chiquinquireño y la ratificación de que somos tierra de paz».
Constructor de puentes
Rosales resaltó que el Nuncio Apostólico es un referente que alguien definió hace años como un obispo constructor de puentes en diversos sectores de la sociedad. «Durante sus cuatro años como Nuncio en Chile se le conoció como un hombre de diálogo. Es, precisamente, el diálogo una de las herramientas más importantes que colocó Dios en manos del hombre para dirimir en paz los conflictos».
Rosales argumentó que en su andar como servidor de la política, considera que el diálogo y la negociación deben estar por encima del conflicto tormentoso. «Siempre el diálogo será la llave que abrirá las puertas de la paz y el entendimiento. Eso queremos para el Zulia y toda Venezuela. Su visita coincide con horas en que la serenidad y el sosiego son anhelos de la gente».
Ejemplo a seguir
Destacó, además, que Monseñor Alberto Ortega Martín es, sin duda, un ejemplo a seguir. «Su vida nos inspira en estos tiempos de conflictividad en Venezuela, a ser agentes de paz y a buscar la unidad en medio de la diversidad. Que su labor continúe siendo un faro de esperanza en el mundo y que su ejemplo nos motive a construir un futuro donde prevalezca el amor y la comprensión. Gracias por llegar en el momento justo».
Rosales mencionó palabras del Papa Francisco: «El Nuncio es el hombre de Dios». Y dijo: «El hombre de Dios, porque practica la justicia, el amor, la clemencia, la piedad y la misericordia. Bienvenido al Zulia, señor Nuncio, como el hombre de Dios».