La administración de Donald Trump sigue dando de qué hablar, y cada vez con más fuerza. El presidente electo decidió nombrar como secretario de Salud y Servicios Humanos a Robert F. Kennedy Jr., una figura conocida tanto por su activismo ambiental como por su escepticismo frente a las vacunas.
La noticia cayó como un balde de agua fría para muchos en Estados Unidos, especialmente en los sectores de la salud pública. “Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por el complejo alimentario industrial y las compañías farmacéuticas que se han dedicado al engaño, la información errónea y la desinformación en lo referente a la salud pública”, escribió Trump en un comunicado publicado en sus redes sociales.
Con esta designación, Trump reafirma su interés en llevar a su gabinete personas con posturas “fuertes” y en algunos casos radicales, mientras se prepara para su segundo mandato en la Casa Blanca.
Robert F. Kennedy Jr., es un abogado de profesión y sobrino del expresidente John F. Kennedy, ha estado en la vida pública desde hace décadas. El heredero de uno de los apellidos más emblemáticos de la política estadounidense, comenzó su carrera como activista ambiental en las décadas de los 80 y 90, defendiendo causas ambientales a través de varias ONG.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Kennedy se volvió aún más conocido por su postura polémica en el tema de las vacunas. Esta postura lo ha puesto en la mira de expertos y científicos, quienes temen que la posición de Kennedy sobre la vacunación, ahora desde un puesto tan influyente, ponga en duda la confianza en la ciencia y la salud pública.
NAM/Agencias
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