La localidad valenciana de Paiporta podría considerarse en gran medida el epicentro de la tragedia humana que ha provocado el paso de la terrible e histórica dana por tierras levantinas, pues entre sus calles y edificios han perdido la vida al menos 39 personas de entre el balance provisional de 95 fallecidos (92 en la Comunidad Valenciana, dos en Albacete y otro en Málaga) facilitado desde el Gobierno central a última hora del miércoles. Y aunque hay muchas caras que tristemente protagonizarían esa lista, destacan por las circunstancias de la venezolana Lourdes y su pequeña bebé, que no pudieron aguantar la fuerza de la riada.
Tampoco lo hizo su marido, Antonio Tarazona, de 59 años, al que el empuje del agua que recorría a primera hora de la noche del martes las calles de Paiporta, sin olvidar la que caía del cielo, se lo llevó sin remedio. Por fortuna, aparecería durante la madrugada, agarrado a una valle y sin aparentes lesiones graves, logrando ser rescatado por voluntarios de Protección Civil. No sabía entonces la suerte fatal que habían corrido su esposa y su hija pequeña.
Lourdes María García, de 34 años y Angeline, su bebé de solo tres meses, no pudieron aguantar mucho tiempo subidas al techo del pequeño coche que conducía su esposo. Poco antes de las nueve de la noche, la tromba del agua provocada por el relativamente cercano barranco del Poyo les pilló en el trayecto, a medio camino entre su casa y la de la abuela paterna, a la que habían ido a visitar. Sabían que había aviso de inclemencias meteorológicas por la dana que ya estaba sobre tierras valencianas, pero no esperaban en modo alguno que fuera algo tan fuerte.
«Vi como pedían auxilio»
Antonio, que se pasó todo este miércoles tratando de buscar alguna pista para saber cuál era el paradero de Lourdes y el bebé, les había ayudado a ambos a subir al techo del vehículo, un Omoda negro, antes de ser arrastrado por el agua. «Lo último que vi fue cómo pedían auxilio desde el coche», lamentaba el marido muy apesadumbrado. Intentó ir a por ellas nadando, pero le fue imposible y reconoció que tuvo suerte de no haber muerto él también en el intento.
La mujer pudo llamar al número de emergencias, el 112, para pedir auxilio y también habló por teléfono con la cuidadora de sus hijos mientras esperaba que fuera rescatada por los servicios de emergencia. «Lourdes me llamó al momento, estaba asustada. Acababa de ver como su marido desaparecía en la oscuridad», relataba a ABC Clara Andrés, niñera de la familia. «Me dijo que intentaría aguantar lo máximo que pudiera por su hija, y que cuidara de sus dos hijos (Sofía y Bajix, de 10 y 13 años, respectivamente, y que en ese momento estaban solos en la vivienda). Ella ya se temía lo peor», añadía. Pero la llamada se cortó de forma abrupta y no pudo comentarle nada más.
En efecto, una de las amigas de Lourdes anunciaba casi 24 horas después el fallecimiento de ambas a través de un mensaje en su perfil de la red social X. «Por desgracia nos acaban de confirmar que Lourdes y la bebé han aparecido esta mañana muertas y que gracias a la difusión un Policía que las había encontrado se ha puesto en contacto con nosotros y nos lo ha confirmado. Hoy hay dos ángeles más en el cielo. Gracias a todos», escribía.
NAM/Agencias
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