En entrevista con el diario brasileño, González garantizó que regresará a su país para tomar el poder, porque “Maduro se va o se va”
En una pequeña sala de un edificio de coworking del madrileño barrio de Salamanca, el hombre que, según información difundida por la oposición venezolana y confirmada por expertos en procesos electorales de varios países, obtuvo casi 8 millones de votos en las últimas elecciones, lidera el esfuerzo fuera del país para intentar revertir lo que hoy parece inevitable: la tercera toma de posesión de Nicolás Maduro, el 10 de enero.
Sin perder aplomo y tono diplomático, Edmundo González Urrutia trabaja diariamente en el exilio para lograr que la comunidad internacional redoble la presión sobre la dictadura venezolana, sin perder la esperanza en los esfuerzos diplomáticos, especialmente los impulsados conjuntamente por Brasil y Colombia.
—Si pudiera decirle algo al presidente Lula en este momento, le diría que mantenga la presión hasta que Maduro sienta que no puede más, hasta que cambie de posición —le dijo a O GLOBO.
El excandidato garantizó que regresará a su país para tomar el poder, porque “Maduro se va o se va”. Por primera vez, González también reveló detalles de los 32 días que estuvo refugiado en la Embajada de Holanda en Caracas, antes de exiliarse en España.
— A menudo comíamos juntos [con el embajador], veíamos la televisión, una película. Pero todo cuando todo el equipo se fue. Muchas veces el embajador me traía comida.
Esta semana usted pidió a la comunidad internacional que aumente la presión sobre la dictadura venezolana. ¿Qué tipo de presión espera la oposición?
Hablé con el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell. Necesitamos más presión internacional, y no sólo de Estados Unidos. Ellos [los estadounidenses] están en una situación muy particular debido al proceso electoral. Pero, para nosotros, la cuestión venezolana debe ser bipartidista. Los republicanos y los demócratas deben apoyarnos.
¿Cómo se puede elevar la presión? ¿Afectar contratos en el sector petrolero sería una opción, para asfixiar financieramente al país? Es algo que se escucha en conversaciones informales…
Ahora mismo estamos hablando de presión mediante sanciones personalizadas. Por ejemplo, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, fue objeto de sanciones individuales, pero que fueron suspendidas antes de las elecciones por la UE. En un gesto político, el bloque podría restablecer las sanciones contra él, autor del fraude más flagrante que hemos tenido en la historia democrática.
¿No pide la oposición a Estados Unidos que suspenda los contratos en el sector petrolero?
No me gustaría entrar en la cuestión de las sanciones en el sector petrolero ni en las económicas. Insisto en el tema de las sanciones personalizadas, para obligar a Maduro a entender que sólo a través de elecciones transparentes podremos salir de esta crisis. Si esto no sucede, Venezuela entrará nuevamente en un proceso de éxodo insostenible. Empezaremos a ver inmigrantes yendo a Colombia, a Brasil. Ya estamos viendo que esto sucede. Esto apenas comienza.
Cuando habla de elecciones transparentes, ¿se refiere a las elecciones del 28 de julio o la oposición aceptaría celebrar nuevas elecciones, como consideraron los representantes del gobierno brasileño?
No, no, no. Esta propuesta es inviable. La única elección para nosotros es aquella en la que 8 millones de venezolanos votaron a favor de una transición democrática.
Brasil y Colombia lideraron un esfuerzo para crear un espacio de mediación entre el chavismo y la oposición. ¿Considera que este intento fracasó?
No, creo que puede continuar. Son procesos que no tienen fecha de inicio y finalización. La mediación puede tener altibajos y esperamos que llegue a un punto positivo. El objetivo central es convencer a Maduro de que debe respetar la voluntad popular. Pero no estamos hablando de repetir elecciones, los votos están ahí, los registros electorales están. Los miembros del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) vieron las actas y quien quiera puede verlas.
Brasil y Colombia ya no hablan de minutos…
Millones de venezolanos y amigos internacionales de Venezuela esperan que se reconozca la voluntad popular. Este es el punto central de nuestra propuesta y es lo que la comunidad internacional está esperando. Maduro debe entender que perdió, los resultados lo demuestran.
¿Qué le diría a Brasil y Colombia en este momento?
Muchas negociaciones no son públicas, los gobiernos no dicen “estamos haciendo esto o aquello”. Las conversaciones están sucediendo y esto continuará. Todos queremos que continúen. Si pudiera decirle algo al presidente Lula en este momento, le diría que mantenga la presión hasta que Maduro sienta que no puede soportarlo más, hasta que cambie su posición.
Las manifestaciones parecen haber perdido fuerza en Venezuela…
Quizás, como resultado de la represión. Fue una represión muy fuerte, más de 2 mil personas fueron detenidas. Un informe de una misión de la ONU indicó recientemente que la dictadura cometió excesos y crímenes contra la humanidad. Detuvieron a niños con discapacidades físicas y a mujeres embarazadas. Estos son los mismos métodos utilizados por las dictaduras en los años 1970. Estamos regresando a las dictaduras que devastaron América Latina.
La semana pasada, Brasil se abstuvo en una votación en Ginebra sobre la renovación del mandato de la misión especial de la ONU sobre derechos humanos en Venezuela. ¿Cómo recibió esta información?
Lo entendería si esto estuviera justificado por el hecho de que Brasil es un mediador. Es la única explicación. ¿Cómo puedes mediar en un conflicto si te pones de un lado? Visto así, tiene sentido.
Usted dice que regresará a Caracas y prestará juramento el 10 de enero. ¿Cómo cree que será posible esto en las circunstancias actuales?
En un vuelo de Iberia, quizás.
¿Ante quién prestaría juramento como presidente?
Ante el pueblo venezolano, que votó por mí, para respetar la voluntad de 8 millones de venezolanos.
¿Podemos tener un escenario en el que Caracas sea sede de dos ceremonias de toma de posesión, una oficial y otra paralela?
Solo uno de nosotros tiene legitimidad original, la legitimidad del voto popular. Y sabemos quién es. Respetaré la voluntad de la soberanía popular.
¿Cómo fue tu salida de Venezuela?
Estuve 32 días en la Embajada de Holanda, casi nadie sabía dónde estaba. Mi esposa vino a visitarme dos veces. La última vez pasó la noche allí y viajamos a España.
¿Cómo fue el traslado de la Embajada de Holanda a la Embajada de España?
Las casas están prácticamente una al lado de la otra. Estuvo muy cerca. Fui en coche.
Usted fue embajador en Argentina, Argelia… ¿Alguna vez imaginó refugiarse en una embajada?
Nunca pensé que llegaría a esto. Y nunca había participado en un proceso electoral. Terminé aquí por mi compromiso con la democracia. Y aquí estamos, viajando, hablando con la comunidad internacional. Tengo mucho que agradecer, especialmente al embajador holandés en Caracas.
¿Cómo fue la vida en esos 32 días?
Muy complicado, pero, por supuesto, muy llevadero. Complicado porque estaba alojado en el segundo piso de la residencia, por lo que nadie podía verme. Tenía un dormitorio y una sala para trabajar. Sólo bajó cuando los empleados se fueron. Absolutamente nadie sabía que yo estaba allí, sólo el embajador. A menudo comíamos juntos, veíamos la televisión o una película. Pero todo pasó cuando el equipo se fue. A menudo, el propio embajador me traía la comida. Caminé por el jardín, sólo de noche. Y hay una parte del jardín con ventanas a la que yo no iría.
¿Conocías ya al embajador?
Sí, siempre hemos tenido una relación cordial, nos conocíamos desde hacía muchos años.
¿Llamó y pidió efugio?
Otros hablaron por mí. Durante estos 32 días mantuvimos largas conversaciones. El embajador me informó, me trajo los diarios, las noticias. ¡Qué situación! Hay muchas cosas por las que tengo que agradecer al gobierno holandés.
Cuando le otorgó un salvoconducto para salir del país, fue una sorpresa, y algunos analistas afirman que la decisión intentó dividir a la oposición…
Desde el principio, desde que me refugié en una embajada, quedó claro que era más útil fuera del país que dentro. Dentro de Venezuela fue muy limitado. Sabía lo que estaba haciendo, los riesgos que corría, sabía que podía terminar en prisión.
¿Cómo es hoy tu relación con María Corina Machado?
Hablamos todos los días, acordamos acciones, para eso hay líneas telefónicas. Ella es la líder de la oposición venezolana, la ganadora de las primarias [de octubre de 2023].
¿Tiene intención de que la comunidad internacional le reconozca como presidente?
Varios gobiernos ya lo han hecho y esperamos que gran parte de la comunidad internacional haga este reconocimiento. Estoy convencido de que así será. Maduro se va o se va.
¿Garantiza que a partir del 10 de enero Maduro ya no será presidente? ¿O podría el país tener dos presidentes?
Esto no está previsto en nuestra Constitución.
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