La temperatura del ambiente puede afectar a las personas de manera distinta. En este sentido, a muchos les disgusta en gran medida el clima caluroso. Sin embargo, el problema recae cuando, más allá de un disgusto, esta persona es incapaz de soportar las temperaturas elevadas, lo que puede ser conocido como intolerancia al calor.
Para entender este fenómeno es importante saber que el cuerpo regula de forma automática su temperatura. Esto lo logra a través del hipotálamo, el que activa diversos mecanismos periféricos para mantenerla dentro de los valores normales. Este órgano se ubica en la base del cerebro y tiene injerencia, además, en la sensación de sed, el hambre y la producción de leche materna.
La intolerancia al calor es un síndrome en el que las personas se sienten muy incómodas en temperaturas elevadas. Esto puede producir sudoración excesiva y sensación de sobrecalentamiento.
¿Cuáles pueden ser las causas de intolerancia al calor?
La razón específica por la que este síndrome se genera aún se desconoce. Sin embargo, estudios demuestran que un error en la transcripción de ciertos genes puede ser un factor predisponente. Por otro lado, algunos especialistas prefieren tratarlo como un problema psicológico.
En términos generales, todas las situaciones que afectan la regulación central o periférica de la temperatura pueden desencadenar intolerancia al calor. Además, las patologías o sustancias que aceleren el metabolismo de los individuos también son agentes causales.
Mujer con sofocos de la menopausia.
Los sofocos de la menopausia son una causa frecuente de intolerancia al calor entre mujeres de más de 40 años.
Consumo de medicamentos
Es probable que el consumo de medicamentos sea la causa más común de la sensibilidad al calor. Fármacos como los descongestionantes usados para tratar las alergias y los antihipertensivos son responsables de casos de intolerancia al calor.
Todos estos medicamentos impiden la producción de sudor, por lo que el organismo no puede disipar el calor por cuenta propia. Sumado a ello, los descongestivos aumentan la actividad muscular, por lo que el cuerpo producirá más calor aún.
Cafeína
La cafeína es una sustancia estimulante que tiene la capacidad de aumentar la frecuencia cardíaca y acelerar el metabolismo. De esta manera, el cuerpo estará produciendo más calor que en condiciones normales, lo que puede desencadenar el problema.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo es una patología caracterizada por una sobreproducción de hormonas tiroideas, sobre todo de tiroxina. Dicha hormona interviene en el crecimiento y desarrollo del individuo al aumentar la producción de energía. En exceso tiende a acelerar el metabolismo, lo que incrementa la temperatura corporal.
Menopausia
Al llegar a cierta edad las mujeres comienzan a sufrir un desequilibrio hormonal que da fin a su etapa reproductiva; esto es conocido como menopausia. Los cambios hormonales sufridos generarán una serie de síntomas entre los que se incluye la sensibilidad al calor, la que se puede manifestar como una sensación de sofocos.
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad grave que afecta al sistema nervioso central y periférico. La misma se caracteriza por una reacción autoinmune en la que se destruye la vaina de mielina que recubre a los nervios. Esto hace que los impulsos nerviosos no se puedan transmitir de forma adecuada.
La intolerancia al calor es una complicación común en esta enfermedad, ya que el hipotálamo es incapaz de enviar con eficiencia la orden para disminuir la temperatura. Sin embargo, el aumento en la temperatura corporal de estos pacientes también está relacionado con la fatiga física, cognitiva y psicosocial.
¿Cuándo visitar a un médico?
Este problema de salud puede tardar en aparecer, sin embargo, una vez se manifiesta puede durar entre 1 y 2 días. En la mayoría de las ocasiones las personas que la padecen conocen el factor desencadenante. No obstante, siempre se deberá acudir al médico cuando no exista una causa aparente o cuando los síntomas duren más de dos días.
Por otro lado, aquellas personas que padezcan esclerosis múltiple deberán estar muy atentas a los síntomas. Es importante visitar al médico si la visión se torna borrosa, ya que se podría estar ante la presencia del fenómeno de Uhthoff, una serie de cambios neurológicos, sobre todo visuales, originados en la falla térmica.
Diagnóstico de intolerancia al calor
El diagnóstico de esta afección es bastante complejo y suele representar un desafío para el especialista. Primero que nada se deberá precisar la clínica. Entre los síntomas que pueden aparecer se incluyen los siguientes:
Sensación exagerada de calor con hiperhidrosis o sudoración excesiva.
Cefalea y mareos.
Debilidad muscular con calambres.
Temperatura corporal elevada.
Todos estos síntomas suelen aparecer en ambientes cálidos que son bien soportados por otras personas. Además, para tratar de hallar la posible causa el médico deberá analizar la historia clínica del paciente y realizará diversas pruebas.
Hombre con intolerancia al calor.
El peligro de la intolerancia al calor es su derivación en cuadros de hipertermia que afectan metabolismos normales de las células.
Tratamiento y prevención
Para prevenir todos los síntomas que acarrea este síndrome es importante mantenerse en áreas frescas. Lo ideal es contar con un aire acondicionado, sin embargo, los ventiladores también pueden ser de utilidad.
Además, también se ha demostrado que tomar un vaso agua fría durante el ejercicio físico disminuye la probabilidad de un ataque de intolerancia al calor.
Por otro lado, si ya se están padeciendo los síntomas, es importante suspender las actividades y sacar a la persona del ambiente cálido. El principal objetivo será bajar la temperatura corporal, por lo que el paciente debe ingerir abundante agua y ubicarse en un lugar fresco.
Prevenir la intolerancia al calor para reducir los daños
Es importante tomar todas las previsiones necesarias para evitar sufrir esta afección, sobre todo si ya se han tenido episodios anteriores o si se tiene algún factor predisponente. En este sentido, se debe utilizar ropa holgada y ligera, además de evitar la actividad física a altas temperaturas.
Por otro lado, es importante controlar la intolerancia al calor una vez se presenta, ya que esta puede llevar a un estado muy peligroso llamado hipertermia o a un golpe de calor. Por ello es un síndrome que no debe ser menospreciado en ningún momento y no debe ser tomado a la ligera.
Con información de Mejor con Salud
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