Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores, definió el lunes lo que, a su consideración, es seguir los ideales políticos planteados por Hugo Chávez, quien este martes cumpliría 66 años de edad.
“Ser chavista es no ser capitalista, ser chavista es no ser imperialista, ser chavista es no ser egoísta, ser chavista es pensar en el pueblo; ser chavista es no querer acumular el poder y el capital para dominar, sino para distribuirlo y generar igualdad” dijo.
Las palabras las expresó el canciller de Maduro durante un conversatorio virtual llamado Chávez vive: 66 años de su nacimiento, que contó con la participación de la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reseñó El Nacional.
Arreaza, además, afirmó que Chávez era capaz de conectarse con los venezolanos e insistió que debe estudiarse y emularlo para mantener, según, su legado vivo.
“Chávez jamás dejó de ser pueblo. La unión cívico militar viene de Hugo Chávez, hemos aprendido mucho de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Eso nos da la fuerza de la resistencia, la FANB ha sido el gran pilar moral, patriótico”, aseguró.
Pero las afirmaciones del canciller del régimen, en un país que ahora está sumergido en una profunda crisis multidimencional, distan de lo que más de una vez han demostrado varios de los altos funcionarios del chavismo: el imperio y la obsesión por el poder son malos, salvo algunas excepciones.
Maduro, además de usar a sus organismos de seguridad para reprimir a los ciudadanos que durante años han exigido un cambio político y mejoras en servicios tan básicos como el agua o la electricidad, se dejó ver en 2018, cuando los venezolanos aún soportaban una aguda escasez de alimentos y sus altos costos, en el restaurante del chef turco Nusret Gökçe, conocido como Salt Bae, en su camino de regreso de su gira por China y Rusia.
El oficialista, debido al impacto y la repercusión que tuvieron las fotos en las que aparecía emocionado, comiendo carne y fumando habanos junto a Cilia Flores, aseguró que se trató de una invitación diplomática que le había hecho Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.
Flores, llamada primera combatiente por los suyos, bailó cumbia y joropo con Maduro en 2015 mientras tenía unos zapatos Mario Hernández puestos en un mitín en el Palacio de Miraflores, en Caracas.
A Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Maduro, en más de una ocasión ha lucido zapatos que ningún venezolano podría comprarse ni siquiera ahorrando un año de salario. Su hermano, Jorge, ministro chavista de Comunicación e Información, una vez se dejó ver con un par de Valentino Garavani.
Tarek William Saab, fiscal general del régimen, lució en 2019 durante una rueda de prensa zapatos Balenciaga. También, en más de una oportunidad, el constituyente Pedro Carreño ha llevado trajes de marca, tanto para participar en la Asamblea Nacional como en las entrevistas a las que lo han invitado; en una de ellas utilizó un bolígrafo Montblanc.
La propia María Gabriela Chávez, hija del llamado líder de la revolución bolivariana, en su momento presumió unos costosos lentes de la reconocida firma Dolce & Gabbana.
