La célebre cita de Florence Nightingale: «Lo más importante que aprendí fue que es posible que una sola persona pueda cambiar el destino de muchos otros», encapsula la esencia de su valioso legado en el campo de la enfermería y la labor humanitaria.
Los profesionales de la enfermería juegan un papel crucial, en el Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM) donde se ofrecen servicios de salud primaria, hasta especialidades complejas; tanto en las emergencias, consultas y hospitalización a pacientes adultos y pediátricos; al igual que en los entes adscritos, como lo son: la Maternidad «Dr. Armando Castillo Plaza» y el Oncológico «Dr. Humberto Fernández Morán».
En esta ocasión y reconociendo la importancia de cada enfermera y enfermero, que a diario desempeñan su vocación en las diversas áreas hospitalarias, queremos aplaudir la labor de 3 invaluables profesionales de la enfermería, que han dedicado la mayor parte de su vida a cumplir esta vital ocupación en el principal hospital del occidente del país.
Tres décadas de servicio y más
Con rostro sereno y amabilidad propia de profesionales acostumbrados a transmitir calma y seguridad a sus pacientes, conversamos con la licenciada, Ismeira Alvarez, Coordinadora Jefe de Enfermería de la Quinta División de Emergencia y Medicina Crítica, con 33 años de servicio en el Hospital Universitario de Maracaibo.
Entre tantas vivencias experimentadas, a lo largo de su desempeño dentro de las paredes del hospital, hizo especial mención a una de las experiencias más difíciles que le tocó vivir, en el año 2019 cuando se conoció a través de los medios de comunicación la noticia del inicio del Coronavirus, Covid-19 en el ámbito mundial.
Aún conmovida contó «en el 2020 empezaron a llegar los casos a Venezuela, yo estaba a cargo de las Emergencias de Adultos y Pediatría. Cuando supe la noticia me asusté, al igual que mis compañeros, pues íbamos a batallar directamente con la enfermedad. Muchos se fueron por miedo a contagiarse, pero si nosotros estábamos dirigiendo este barco no lo podíamos abandonar y decidimos salir adelante con esta enfermedad”, dijo.
Manifestó, que en esa ocasión el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) envió bastante información “trazamos un plan y empezamos a organizarnos con protecciones. Fue bastante difícil tratar la parte mental nuestra, de los pacientes, el cuidado de nosotros mismos, fue un trabajo arduo, agotador tanto mental como físicamente», recordó.
El contagio llegó a su vida
En la lucha diaria con la pandemia, sucedió: en el mes de julio, se contaminó «me tocó vivir la experiencia de estar en UCI y de jefa me convertí en paciente. Fueron días muy duros para mí, para mis compañeros y mi familia que estaba lejos y no pudieron venir; mis compañeros -que son mi familia- estuvieron aquí pendientes de todos los pacientes y de mí. Estuve bastante complicada, pero gracias a Dios y todo el apoyo de los compañeros, salí adelante. Después de salir de UCI estuve hospitalizada 2 semanas; y luego a los 10 diez días, me reintegré con mis compañeros a dar la batalla para poder salir adelante, hasta que terminó lo peor de la epidemia y volvimos a retomar los casos que usualmente llegan a UCI.
Hoy en día invito a que no bajemos la guardia y nos sigamos cuidando”.
Testimonios fuertes e inolvidables
Conversamos también con la licenciada, Daysi Margarita Chinchilla Calderón, abnegada profesional de enfermería próxima a cumplir 33 años de servicio en el Hospital Universitario de Maracaibo, en el mes de marzo del presente año.
La importancia de su desempeño se basa en las diversas funciones esenciales para proporcionar atención y cuidado de calidad a los pacientes, que ha realizado a lo largo de los años en su cargo como Enfermera 2.
Confiesa, que la situación más difícil que le tocó vivir fue cuando ocurrió la pandemia del coronavirus «me enfermé y estuve gravísima”, dijo. Pero las atenciones recibidas y su fortaleza le permitieron superar esta prueba para continuar ofreciendo su apoyo a pacientes que reciben atención en el Hospital Universitario.
Dice que, entre las vivencias profesionales, recuerda una guardia que realizó de 7 de la mañana a 1 de la tarde, del siguiente día «uno nunca se iba temprano, me llegó un paciente en paro respiratorio y yo corrí al cuarto del paciente, el médico estaba en otra emergencia, le apliqué reanimación cardiopulmonar (RCP) y el paciente salió del paro”. Y así nos contó otras experiencias que le permitieron ayudar a los pacientes, aunque el cansancio de las guardias intentara vencerla.
Los Reconocimientos
De igual forma entrevistamos a la licenciada, Rosa Margarita Yedra Yánez, quien actualmente cumple una invaluable labor en la función de supervisora, cuenta con 29 años de servicio como personal
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