La familia del Oceanía Hotel Boutique se reunió ayer en la Iglesia San Antonio María Claret para honrar la memoria de una de sus trabajadoras: Adriana Mendoza. Y es que sus compañeros realizaron dos eucaristías en su nombre al cumplirse 10 días de su lamentable accidente.
Con sus tradicionales uniformes, camisa azul oscuro y pantalón color beige, ese mismo que por más de un año también vistió la carismática jovencita, el grupo de empleados compartió la litúrgica que estuvo presidida por el sacerdote Ovidio Eduardo Duarte Torres, actual párroco de este templo marabino, ubicado en la calle 78, Dr. Portillo.
En los monitores de televisión dispuestos en los pilares de la iglesia, donde se transmitía por circuito cerrado la misa, los feligreses pudieron leer el nombre de Adriana Carolina Mendoza Nava, como uno de los difuntos a quien se le honraba la memoria esta jueves 11 de enero.
Justo cuando se disponían a ofrecer el abrazo por la paz, las empleadas más jóvenes del Oceanía se vieron conmovidas al recordar los gratos momentos que compartieron en el hotel.
“A Adriana la describo como una joven alegre, divertida, empática y muy servicial, siempre la veía atendiendo a todos nuestros huéspedes y visitantes con mucho profesionalismo, acostumbraba a ser muy animada en el servicio y siempre le sacaba una sonrisa a todos los clientes”, dijo uno de sus compañeros, quien recordó que la joven formaba parte de la Gerencia de Alimentos y Bebidas de Hotel.
A la vez, la persona describió un poco de lo ocurrido la mañana del 1 de enero. “La estábamos esperando porque ella recibía la guardia a las 7:00 a. m., debía relevar a uno de los chicos, pero en vista de que no llegaba, la llamamos varias veces a su teléfono y no contestaba”, narró.
Añadió que a las 8:30 a. m. recibieron una llamada de una amiga cercana de Adriana, quien les dio la fatal noticia de su muerte. “De verdad quedamos en shock. Ella había trabajado varios días sin librar porque el dos de enero se iba de permiso a El Venado para compartir con su familia, lo que nunca me imaginé que iría de esta manera”, añadió.
La fuente también comentó que el grupo de trabajo de la guardia del 31 de diciembre puedo conversar por videollamada con Adriana y dar el “Feliz Año”.
“De verdad nos duele el vacío que deja en nuestros corazones y siempre la vamos a extrañar. Adriana nos ayudaba a que en la madrugada no nos diera sueño porque con su buen sentido del humor y alegría nos mantenía activo cuando nos tocaba amanecer de guardia”, finalizó.
En las redes sociales de la hospedería se pueden observar diferentes videos sobre eventos y actividades, en los que la sonrisa y el carisma de Adriana sobresalen entre el talento humano que labora en el lugar.
Una de sus últimas fotos en el Oceanía fue tomada en compañía de un San Nicolás, quien, junto a varios de sus compañeros, posaron al lado del árbol de Navidad.
NAM/Versión Final
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