Los vecinos del sector Curazaíto de la parroquia Arístides Calvani del municipio Cabimas se sienten olvidados y desatendidos por las autoridades locales, según lo expresó Rodrigo Graterol, líder comunitario.
Graterol señaló que esta parroquia sufre de múltiples problemas que afectan la calidad de vida de sus habitantes, tales como la falta de vialidad, transporte público, atención médica y agua potable.
Indicó que el alcalde de Cabimas se comprometió hace tres meses a instalar una bomba sumergible para abastecer de agua a la población de Curazaíto, pero hasta ahora no ha cumplido con su promesa.
Asimismo, dijo que el alcalde y los concejales de la Cámara Municipal hicieron muchos ofrecimientos durante la campaña electoral que nunca se materializaron, a pesar de llevar dos años en el cargo.
Agregó que los poblados de Curazaíto, Ciudad Bendita y Cieneguita padecen de una grave sequía, que obliga a las familias a buscar agua en los jagüeyes cercanos para poder cocinar y alimentar a los niños.
También manifestó que los pequeños productores agrícolas no pueden sembrar por la falta de agua y que la vialidad está en pésimas condiciones, lo que dificulta el traslado de las personas por la escasez de transporte público.
Finalmente, denunció que el ambulatorio de Curazaíto no cuenta con un médico desde hace un año, solo con enfermeras que no pueden atender los casos graves de salud, como infartos u otras emergencias, y que tampoco hay una ambulancia disponible para trasladar a los pacientes.
Con información de Primera Edición Col