La localidad italiana de Pietrasanta (centro), uno de los lugares en los que pasaba temporadas el fallecido pintor colombiano Fernando Botero junto a su esposa, la artista griega Sophia Vari, espera “la petición formal” de su familia para organizar el entierro del maestro, que había manifestado en varias ocasiones su deseo de ser sepultado en esta ciudad.
“Por ahora no hemos recibido una petición formal para la sepultura“, dijeron fuentes del Ayuntamiento de esta localidad de la región de Toscana, conocida por acoger a numerosos artistas y donde ya reposan los restos mortales de Vari, que falleció en Mónaco a la edad de 83 años en mayo pasado, reseñó EFE.
Aunque se desconoce “cuándo se llevará a cabo el entierro“, las autoridades municipales no esperan que tenga lugar esta semana, añadieron las fuentes.
El deseo manifestado por el maestro Botero de ser sepultado en Pietrasanta “obedece no tanto a un factor de estar en un país o en otro sino a estar al lado del amor de su vida“, dijo a EFE el hijo mayor del artista, Fernando Botero Zea, tras el fallecimiento del artista.
“A él lo afectó de manera muy profunda la muerte de su esposa y compañera de vida Sophia Vari, que estuvo con él casi 50 años” y su muerte “fue para él un golpe psicológico y emocional devastador que deterioró también su salud, pero a pesar de eso siguió trabajando hasta el final“, explicó.
Capital del mármol en la Toscana, pues allí se encuentran las famosas canteras de Carrara, Pietrasanta, que acoge también la Fundición Artística Versiliese, ha sido lugar de inspiración de Botero desde hace décadas, cuando su presencia impulsó la localidad como un centro artístico de renombre mundial.
Además del artista colombiano, allí han vivido y trabajado artistas como el japonés Kan Yasuda y el belga Jean-Michel Folon; además del polaco Igor Mitoraj y el uruguayo Gonzalo Fonseca, ambos ya fallecidos, entre muchos otros.
Botero y su mujer compraron una casa en el pueblo, conocido como la Pequeña Atenas por su concentración de escultores, canteras de mármol y fundiciones, y cada verano toda la familia se reunía en ella para pasar tiempo juntos.
El maestro colombiano tiene muchas obras expuestas en la ciudad, un auténtico museo al aire libre con esculturas y estatuas de bronce de numerosos artistas, además de ser el autor de los frescos de la Chiesa della Misericordia de la localidad.
“Los últimos 10 años de vida de mi padre fueron una época muy mediterránea porque esos tres lugares (Mónaco, Pietrasanta o en Grecia) son todos reflejo de esa parte extraordinaria del mundo que él amó tanto“, dijo su hijo.
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