Más de 100,000 venezolanos se aventuraron a cruzar la peligrosa selva del Darién en el primer semestre de este año, según datos oficiales panameños. Esta cifra sin precedentes casi cuadruplica la cantidad de migrantes irregulares que realizaron el mismo cruce en el mismo período del año pasado, que fue de 49,452.
La jungla del Darién, una frontera natural entre Panamá y Colombia conocida por su naturaleza salvaje, se ha convertido en un punto de paso crucial para aquellos que buscan llegar a Norteamérica de manera irregular.
Durante el mes de abril, se registró la mayor cantidad de viajeros que cruzaron la selva hacia Panamá, con un total de 40,297 personas, lo que representa un aumento de 6.5 veces en comparación con el mismo mes del año pasado, que fue de 6,134.
De los migrantes que atravesaron la jungla entre enero y junio de este año, el 51% eran venezolanos, lo que equivale a un total de 100,514 personas.
Les siguieron los haitianos (33,074), ecuatorianos (25,105), ciudadanos de 23 países africanos (6,420), chilenos (4,964) y colombianos (3,579).
Es importante destacar que, a partir del 11 de mayo, Estados Unidos implementó nuevas restricciones migratorias al finalizar el conocido como Título 42 y aplicar en su lugar el Título 8, una norma históricamente utilizada para regular la migración en el país. Estas medidas han dificultado aún más el acceso al asilo en la frontera sur de Estados Unidos con México.
Ante este flujo migratorio sin precedentes, Panamá ha establecido estaciones migratorias cerca de su frontera sur con Colombia y en la frontera norte con Costa Rica, donde brinda asistencia sanitaria y alimentaria a los viajeros irregulares que se dirigen a Norteamérica. Este operativo único en el continente involucra a una docena de organismos internacionales y, al cierre de junio, se registró la presencia de 4,767 migrantes en estas instalaciones fronterizas.
Cruzar la selva del Darién es una experiencia extremadamente peligrosa. Los relatos de aquellos que han vivido esta travesía incluyen muertes, violaciones, asaltos y suicidios. Además de los peligros propios del entorno salvaje, los migrantes también se enfrentan a la amenaza de grupos criminales que operan en la zona.
Este flujo migratorio sin precedentes en el continente americano se debe a diversas razones, como crisis económicas y políticas, violencia y los efectos del cambio climático en las poblaciones. Expertos internacionales señalan que está vinculado al tráfico de personas, el negocio ilegal más lucrativo en la actualidad. Incluso, Unicef ha alertado sobre el aumento en el número de menores que cruzan la selva del Darién, registrando más de 25,000 casos entre enero y abril de este año, ocho veces más que en el mismo período del año pasado.
Esta cifra récord refleja la vulnerabilidad de los niños y la necesidad de abordar esta situación de manera urgente.
lapatilla
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