Desde hace veinticuatro años, la política exterior de Venezuela ha sido ideologizada y en todo ese tiempo el país se ha convertido en comparsa de Rusia y China.
Quien tiene esa opinión es el doctor Eloy Torres Román, que por espacio de 27 años estuvo desempeñando cargos diplomáticos en países de la órbita soviética como la propia Rusia, Hungría, Rumanía y Cuba, además de Grecia, Jordania y Jamaica.
Este diplomático de carrera, profesor de la Universidad Central de Venezuela y analista político, al ser entrevistado por El Impulso, afirmó que la política exterior de Venezuela ha sido catastrófica, desde 1999 al presente, por haber sido ideologizada.
Tradicionalmente, dijo, la política exterior de Venezuela desarrolló una misma trayectoria y en los gobiernos democráticos respondió de una manera prudente.
El criterio que debe regir es que la política exterior tiene que ser una sola, la del Estado venezolano, porque es de todos los venezolanos y, por tanto, tiene que reflejar los valores de nuestra sociedad.
La última etapa de su trabajo en la Cancillería, donde llegó a ser director, le da autoridad para hablar de lo que ha pasado desde los años 1998 y 1999, cuando comenzó el gobierno de Hugo Chávez.
Ahí la política exterior se ideologizó in extremis y se incorporó a una cruzada contra los “imperios”.
El discurso fue machacante contra lo que el gobierno llamó los factores colonizadores de los pueblos, los explotadores de los pueblos. De manera que Venezuela ha tenido una modificación de su política exterior desnaturalizándose y convirtiéndose en una acción exterior zigzagueante, que hoy dice una cosa y mañana otra, pasado mañana cambia, de una manera intermitente, poco coherente y demuestra fragilidad en cuanto a las grandes decisiones que se deben tener en política exterior seria, responsable y de Estado.
Característica ha sido desde entonces su vinculación con países apartados de la democracia, como el cubano y el nicaragüense en especial en nuestro continente. Y del mismo modo con la gestión bufa del presidente, entre comillas, Evo Morales, de Bolivia
Al mismo tiempo, dice el doctor Eloy Torres, Venezuela se insertó en la dinámica de Rusia y China.
No es nueva las buenas relaciones que se habían tenido con esas potencias, pero lo que se observa es que, inmediatamente, al producirse esa inserción, Venezuela se distanció de los verdaderos centros importantes con los cuales se había tenido una relación costo-beneficio.
En este aspecto subraya que esa relación siempre fue beneficiosa, muy particularmente con los Estados Unidos, el cual ha sido nuestro comprador de petróleo. Ha sido una relación de bastante cooperación. Incluso hemos tenido grandes críticas para algunas acciones de los Estados :Unidos que responden a los intereses porque cada acción internacional responde a los intereses. De esa respuesta a sus intereses entra en contradicción a veces con nuestra postura de política internacional. Venezuela siempre ha tenido una actitud de respeto, de consideración.
Sin embargo, desde 1999 el gobierno ha tenido un giro realmente catastrófico para Venezuela por cuanto lo que ha hecho es enajenarnos, abrazar posturas y decisiones políticas con factores para nada democráticos como lo son Rusia y China.
El gobierno ha colocado a Venezuela en el epicentro de un juego político que a nuestro país no le conviene. Y en ese aspecto cita el viejo refrán de que en la pelea entre tigres, los pollinos nada tienen que buscar.
Venezuela ha entrado en una dinámica favoreciendo una relación con Rusia para enfrentar al imperio estadounidense, generando un desgaste en las condiciones de vida en Venezuela porque los factores internacionales se mueven, cada uno por sus intereses. Así ocurre con los Estados Unidos, la Unión Europea, China, Rusia. Cada uno hala la canoa a su orilla, dejando a Venezuela sin posibilidad de obtener beneficios. Debe preocuparse, enfocarse en obtener beneficios para el país y no réditos ideológicos como lo ha hecho hasta ahora.
Declara el doctor Torres Román que la política exterior de Venezuela debe ser no ideológica, sino la que procure beneficios para los sectores del país.
No debemos enajenar nuestra política exterior a los intereses de Rusia, indica,No podemos meternos en unos juegos geopolíticos muy peligrosos porque no sabemos cómo pueden terminar. En última instancia siempre los grandes factores como los Estados Unidos y Rusia llegan a entendimientos y aquellos factores que se mueven en esas órbitas de una manera como comparsas siempre salen perdiendo, como es el caso venezolano.
Resalta la cualidad que tuvo el desaparecido presidente Carlos Andrés Pérez cuando, en Caracas, en 1991 recibió al entonces mandatario rumano Ion illescu. En ese momento habían transcurridos dos años del fusilamiento del presidente comunista Nicolae Ceacescu y su esposa Elena. En una cena muy privada al visitante se le ocurrió preguntarle a su colega venezolano su opinión en torno a la Unión Soviética, la cual aún no había desaparecido. Carlos Andrés Pérez, apelando a su sabiduría política y conocedor de las relaciones internacionales, le respondió a su interlocutor: De no haber existido la Unión Soviética habría que haberla inventado porque ha servido de equilibrio con los Estados Unidos, porque ha permitido que países más pequeños, como Venezuela, puedan desarrollar su política exterior y sus actuaciones internacionales en términos racionales le hayan servido de beneficio a Venezuela.
Con el fin de los mandatos de Pérez y Caldera, señala el doctor Eloy Torres Román, ha habido cambios que han venido desfigurando completamente la actuación de la nación en materia internacional. Y hoy en día nos encontramos inmersos en una dinámica en la que nos afiliamos, nos abrazamos y nos hemos aferrado a la biopolítica rusa y particularmente China, que responde a sus intereses en particular y no a los intereses de Venezuela. Es por ello que hay que tomar en cuenta que la nación tiene que entenderse en términos racionales con todos los factores y buscar un acuerdo de tener una política exterior única y no una política exterior ideologizada, partidizada y que obedece a un individuo que pretende ser un mesías que desvirtúa verdaderamente lo que es una política exterior.
Estima el experimentado diplomático que el mundo exterior del Estado nacional, que no es la conducta del gobierno, comprende los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como toda la sociedad, porque la política exterior debe responder a un conjunto de valores que son compartidos por toda la sociedad venezolana.
elimpulso
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