El estigma social incluye creencias o actitudes que se han hecho costumbre influyendo
negativamente en el comportamiento de las personas, pudiendo llevar al señalamiento y la
discriminación si no se actúa según los patrones impuestos influyendo negativamente en su libre
desenvolvimiento y libre albedrio. Las personas estigmatizadas socialmente, sienten que es
necesaria la aprobación de los demás para ser aceptados dejando a un lado sus propias
decisiones.
El estigma social va en contra de los valores del ser humano, siendo estos últimos, principios,
virtudes o cualidades que caracterizan a una persona y que se consideran positivos o de gran
impacto. Es decir, los valores conducen a la persona a tener un buen proceder, justo,
respetuoso, consciente y no impuesto por la sociedad.
Existe el estigma social de actuar para agradar o complacer a los demás, limitando en ocasiones
la verdadera naturaleza de la persona quien no se desenvuelve conforme a sus valores,
necesidades y decisiones, sino que por el contrario, actúa para quedar bien con los demás y
menos consigo mismo, sacrificando sus sueños, metas y objetivos para no sentirse burlado o
señalado. Para este tipo de personas es más importante el “Qué dirán” que su propia esencia. El
estigma del “Que dirán” va en contravención con la libertad, que es un valor humano que todos
tenemos para tomar nuestras decisiones y poder expresar nuestros sentimientos y opiniones.
Las personas que actúan bajo el “Qué dirán” carecen de una autoestima sana para poder
establecer límites, hacer valer sus criterios, actuar conforme a sus decisiones y valores sin
afectarle el señalamiento y las críticas destructivas de los demás.
Quienes actúan bajo sus propias convicciones, por supuesto, sin atropellar a los demás son personas capaces y seguras de sí mismas para ellas no existen limitaciones impuestas por otros, porque creen en lo que pueden alcanzar sin buscar el consentimiento ajeno muchas veces dañino. También es importante acotar que las personas que no se sienten limitadas por el “Qué dirán” son más felices porque
desarrollan su personalidad conforme a sus valores, reconocen sus fallas, son auténticos,
respetuosos, se rodean de las personas correctas que les inyecten buenas energías
impulsándolos a ser mejores seres humanos.
Dejarse llevar por el “Que dirán” puede causar serios problemas emocionales en las personas
como sentimientos de inseguridad, frustración, depresión y ansiedad, producto de la limitación
en el desarrollo integral y libre de la personalidad para ajustarse a las exigencias ajenas que nada
aportan a la vida.
Para librarse de este estigma social es importante trabajar el autoestima reconociendo virtudes y
debilidades, actuar según tus valores y principios, confiar en sí mismos, vencer el temor al
rechazo, entender que no le vamos a agradar a todo el mundo, defender nuestra posición,
aceptar las críticas y dejar a un lado el qué dirán y entender que nadie es perfecto.
Vivir una vida sin estigmas no es rebeldía es integridad y libertad.
Abg. Nilmary Boscan
