El doctor Eduardo Fernández, excandidato presidencial, conocido en los partidos democráticos como líder socialcristiano, presidente del Instituto Internacional de Formación Arístides Calvani y del partido Unión y Progreso, rehusa participar en el proceso de primaria y, por el contrario, es partidario de una plataforma de consenso con un programa de gobierno y una candidatura que tenga una persona preparada para regir el país.
En entrevista concedida a El Impulso, también habló de la política salarial del gobierno y cuestionó a Nicolás Maduro por haber nombrado a funcionarios que resultaron ser corruptos y se llevaron inmensas cantidades de dinero del Estado venezolano. Y por haberle robado en sus narices, considera que resulta insólito que pueda aspirar a ser nuevamente elegido presidente.
El juego de primaria
¿Usted va a participar en el proceso de Primaria?
No.
¿Qué va a hacer su movimiento Unión y Progreso ante este proceso?
No lo ha decidido todavía.
Quienes están aspirando andan en campaña desde hace varios meses. ¿Cómo ve esta situación?
Con mucha preocupación. Porque yo creo que lo que se impone en Venezuela, para poder ganar las elecciones, es una plataforma de consenso nacional, alrededor de un programa serio y con una candidatura seria.
Las primarias convocan al conflicto. Desde que se anunciaron las primarias se desató una especie de guerra intestina entre los partidos y los candidatos. Y ese no es el camino para lograr el triunfo en el año 2024.
Yo siempre he recomendado un gran acuerdo alrededor de un programa y de una candidatura.
He dicho que el programa debe tener cinco puntos, por lo menos: La reconstrucción de la democracia venezolana, la recuperación de la economía, la superación de la pobreza, el mejoramiento de los servicios públicos y la erradicación de la corrupción.
Y buscar una persona que reúna las condiciones establecidas por la Constitución Nacional para ser presidente de la República; es decir, que pueda ser jefe del Estado, jefe del gobierno, comandante en jefe de la Fuerza Armada, conductor de la política internacional del país y jefe de la hacienda pública, responsable de la recuperación de la economía.
Me parece que el liderazgo nacional, y fíjate que cuando digo liderazgo nacional, no me estoy refiriendo a los líderes de los partidos, me estoy refiriendo a los líderes del país; es decir, además de los líderes de los partidos, los líderes empresariales, sindicales, gremiales, académicos, religiosos. Deberíamos todos ponernos de acuerdo alrededor de un programa y de una candidatura.
Este pleito de las primarias sólo beneficia al gobierno y creo que desacredita a la alternativa democrática, que deberíamos estar construyendo. Porque tenemos que ocuparnos de tres cosas: la primera es ganar, y para ganar se necesita interpretar el 80 por ciento de los venezolanos que quieren cambio, no a la suma de partidos políticos; este no es problema de partidos, este es un problema de país. Además de ganar, tenemos que cobrar el triunfo. No podemos mañana decir melancólicamente: “ganamos, pero nos robaron.” Tenemos que ganar y cobrar. Y para eso también se requiere inteligencia y patriotismo. Y finalmente, tenemos que pensar que si ganamos tenemos la obligación de gobernar, y de gobernar bien, para no defraudar, una vez más, la confianza de la gente. Todo esto que estoy diciendo reclama mucha seriedad, mucha inteligencia, mucho patriotismo.
Hay algunos de los aspirantes que han declarado desconfiar del Consejo Nacional Electoral; pero, con el CNE se han ganado gobernaciones, alcaldías, concejales, diputaciones y hasta la mayoría de la Asamblea Nacional en el 2015.
Es evidente; pero, es que, además, la elección secundaria después de la primaria de oposición, será con el CNE. Entonces, ¿por qué tanta desconfianza con la primarias si de todas maneras se va a ir a la secundaria con el CNE? A lo mejor se está preparando una argumentación para separarse de la primaria. O repetir el error de llamar a la abstención, porque dictadura no sale con votos según nos dijeron en el año 2018.
Fueron muchos los que pregonaban que no valía la pena votar. El resultado de las elecciones fue que no la ganó Maduro, las ganó la abstención, porque se incurrió en una estrategia totalmente equivocada: no votar.
Cuando yo veo los mismos argumentos para sembrar desconfianza en las posibilidades de ganar, entonces temo que puede ser que otra vez vuelva a producirse la equivocación horrible de no votar. Es por eso que yo insisto en que todo esto hay que tratarlo con una buena dosis de patriotismo.
Yo veo que el juego de la primaria es un juego de partidos en momentos en lo que está planteado es un alto interés nacional.
Pareciera que se buscara como queda Acción Democrática, cómo queda Copei, cómo queda Voluntad Popular, cómo queda Primero Justicia, cómo queda Vente Venezuela…No eso no es lo importante, lo importante es cómo queda el país.
Desengaño y frustración
Usted dijo después de conocerse que no hubo aumento de salario el primero de mayo que esta fecha será recordada como muy triste porque no ha habido acercamiento a la justicia social, a la equidad, a la igualdad de oportunidades.
El desengaño ha sido muy frustrante. Maduro y su predecesor acabaron con la economía venezolana: expropiaron y confiscaron empresas productivas, que generaban empleos y buenos salarios, destruyeron a Petróleos de Venezuela y causaron los peores males económicos: inflación, recesión y devaluación. La primera elimina el poder adquisitivo de los trabajadores y los empobrece; el segundo ocasiona la caída del Producto Interno Bruto, destruye empresas y la producción; y el tercero, es la destrucción de la moneda, del deterioro del ingreso de las personas.
Estos dos presidentes no estaban preparados para serlo. El socialismo trajo una parranda de asaltantes que, además de destruir la economía, se enriqueció groseramente con la corrupción más galopante. Hay dinero para la corrupción, pero no lo hay para asegurar a los trabajadores, salarios dignos, justos y suficientes.
Como el salario, prácticamente, ha desaparecido porque ahora será mayor la cantidad de dinero de los bonos, ¿terminará el gobierno imponiendo la libreta de racionamiento como en Cuba?
Da la impresión de que el gobierno del presidente obrero quiere acabar con el salario y con la negociación colectiva, que son dos conquistas fundamentales de la clase obrera venezolana. El gobierno quiere bonificar la remuneración del trabajo, que es una forma de evadir las mejoras sociales sindicales que para los trabajadores significa el salario. Porque si se bonifica el salario no tiene repercusión en las prestaciones sociales, en el pago de vacaciones, en el seguro de cesantía y demás beneficio que habían logrado los trabajadores. De igual forma son afectados jubilados y pensionados. De modo que un venezolano que ha dedicado la mayor parte de su vida a trabajar espera que cuando llegue a la ancianidad tenga la posibilidad de vivir dignamente, pero el gobierno quiere acabar con todo eso de acuerdo con lo que pasó el primero de mayo.
¿Cómo ve la preocupación de la Academia Nacional de Ciencias Económicas acerca de ese salario mínimo congelado por el gobierno?
Claro que existe preocupación porque ese salario no alcanza para cubrir el costo de la cesta alimentaria. Además, es un mandato constitucional. La Constitución ordena que el salario debe aumentar en proporción al costo de la cesta básica, lo cual es evidente. Porque lo que percibe el trabajador no alcanza para cubrir las más elementales necesidades.
Cuando Maduro habla de los ingresos de los trabajadores habla de bolívares acerca del salario y de dólares en torno a los bonos. Ese dólar, que condenaba el gobierno, es la moneda que circula en Venezuela porque ya el bolívar nada vale. ¿No es contraproducente que quienes atacan el imperio sean los primeros en utilizar su moneda?
He dicho que Maduro se dolariza. Maduro que había hablado tan mal de la dolarización, por lo visto está tomando el camino de dolarizar los bonos.
Caiga quien caiga
Hablando de Maduro, quien con su cruzada Caiga quien caiga ya han sido detenidos ochenta personas, entre las cuales hay jueces, funcionarios de alto rango, y algunos empresarios, todas afecta al gobierno, por la corrupción. Al mismo tiempo, la Asamblea Nacional, mediante propuesta de Diosdado Cabello, aprobó la Ley de Extinción de Dominio de las propiedades para quitarle los bienes adquiridos por los corruptos. ¿Cómo es que ahora el gobierno ha descubierto, después de la desaparición de 3 mil millones de dólares, que hay una inmensa corrupción en Venezuela?
Es increíble. La pregunta es: ¿dónde estaba el presidente de la República mientras se robaban miles y miles de millones de dólares del Estado venezolano? También hay que hacer otra pregunta: ¿Con qué criterio nombró el presidente de la República a funcionarios, que terminaron siendo unos ladrones y se llevaron el dinero público? Es evidente que el presidente tiene una responsabilidad personal directa. Primeramente, haber nombrado a gente que no tenía que haber nombrado. Maduro dice que Rafael Ramírez, quien presidió Pdvsa y fue ministro de Petróleo, se robó más reales. ¿Quién nombró a Rafael Ramírez? Hugo Chávez, que tenía al lado a Nicolás Maduro y Nicolás Maduro mantuvo a Rafael Ramírez durante cierto tiempo ocupando importantes posiciones. Nicolás Maduro nombró a Tareck El Aissami ministro de Petróleo. Entonces se equivocó al escoger las personas a quienes puso a administrar el dinero, pero además se equivocó al no ejercer una co-responsabilidad de vigilancia. ¿Cómo se puede robar en las narices del presidente de la República 3 mil,veinte mil o 700 mil millones de dólares? Ya no se sabe cuánto es.¿Y el presidente no se enteró todos estos años que se estaban robando inmensas cantidades de dinero? Entonces parece evidente que no está preparado para esas funciones y por eso resulta insólito que vuelva a ser electo presidente.
¿Y no se recuerda que el gobierno hizo una intensa campaña tratando de que los Estados Unidos le dieran la libertad a ese empresario, acusado de cometer delito de lavado de dólares como parte de hechos de corrupción?
Así es. Y el gobierno logró un éxito con la liberación de unos ciudadanos venezolanos, muy vinculados con el presidente y con su familia. Estaban condenados por tráfico de drogas en los Estados Unidos. Ahora pretende hacernos creer que él no se enteró de nada de eso.
elimpulso
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